¿Cómo se comportan los gatos en presencia de las personas? Todo aquel que haya convivido con un felino sabe que pueden resultar impredecibles. El físico pontevedrés Anxo Fariña Biasi lo comprobó cuando adoptó una gata en una protectora y, fruto de la curiosidad que le generaban sus acciones y reacciones, ha ideado una ecuación del movimiento gatuno.
Empezó como una broma, con la idea de publicar un artículo humorístico por el Día de los Inocentes dirigido a otros físicos, "por pasármelo bien", pero se dio cuenta de que tenía "una carga conceptual muy grande" y podría ayudar a comprender varios conceptos de la mecánica clásica.
Más de un año después, acabó publicada en la revista American Journal of Physics, de la Asociación Americana de Profesores de Física y el Instituto Americano de Física. El artículo resultante cumple un triple objetivo. Está pensado "para que los físicos nos riamos un poco, para que los estudiantes aprendan y para acercar la física al público general".
A través de su gata, Eme, ha logrado "comunicar la física de forma amena, haciéndola más atractiva para estudiantes". Este joven físico del Instituto Galego de Física de Altas Enerxías (IGFAE) ya ha despertado el interés del científicos y docentes, que ven en esta ecuación aplicaciones, sobre todo, educativas; la oportunidad de enseñar una disciplina que habitualmente se mueve en lo abstracto de forma visual y, de paso, divertida.
Parte de una colección de comportamientos y movimientos habituales de los gatos, siete en concreto, los simplifica y formula una ecuación simple que cubre los fundamentos de la mecánica clásica. "No deja de ser una analogía, una visión muy simplista, pero muestra la idea de la construcción de modelos físicos", explica.
Con la hipótesis de que "los gatos se comportan como si percibieran una fuerza alrededor de una persona", expone que esas siete dinámicas se pueden modelar, como primera aproximación, considerando al gato como una partícula puntual que obedece a la mecánica de Newton.
"Utilizar el poder de la física para explicar la vida cotidiana", resume. Muestra que "es posible prever el movimiento de un gato" y que "comportamientos aparentemente complejos y sin relación entre sí pueden explicarse mediante leyes sencillas".
Le ayudó a él mismo a comprender mejor a su gata, que adoptó hace cuatro años junto a su pareja. Ha logrado una fórmula para explicar conceptos complejos de una forma más concreta. Así, reconoce que, cuando se explica la física, uno de los grandes problemas con los que se encuentran los docentes es que "requiere mucha abstracción", pero usar un gato pasa de inmediato del ámbito teórico al práctico
El artículo empieza en tono humorístico y muy sencillo y va ganando en complejidad, de modo que el objetivo se cumple. Explica conceptos habitualmente complejos "de una forma sencilla, muy amena y muy abierta para mucha gente" y podría utilizarse para el público general y, por ejemplo, para estudiantes de Bachillerato. Al mismo tiempo, en la parte final, cuando se vuelve más técnico, llega a un público más experto y a la formación en el ámbito universitario.
DEL RONRONEO A LOS MOVIMIENTOS ALEATORIOS
Es, sobre todo, ameno, pues analiza diversos comportamientos de los gatos que suelen llamar la atención, como el ronroneo. En esta ecuación, lo interpreta como un mecanismo de estabilización, que se retroalimenta debido a la interacción entre el gato y el humano: "Cuando un gato está siendo acariciado y empieza a ronronear, las personas suelen sentir el impulso de seguir acariciándolo, reforzando así la estabilidad del proceso".
A Anxo le llamaba la atención que, cuando su novia cogía a Eme en brazos, se quedaba quieta y, cuando lo hacía él, ante cualquier mínimo estímulo o perturbación, se iba; o también que no acudía cuando la llamaba o se distraía por el camino; y movimientos frenéticos nocturnos, conocidos como zoomies.
"Son movimientos aleatorios, imprevisibles y se hizo una analogía con procesos estocásticos (…) no puedes predecir cuando va a pasar, pero puedes ver que, según los parámetros que pongas, pasa muchas veces o solo una". Aplicaciones prácticas de un concepto matemático que sirve para representar magnitudes aleatorias.
Nacido en 1992 en el barrio pontevedrés de Monte Porreiro y formado en Física en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), completó su formación postdoctoral en Cracovia y París. Desde allí, en el departamento de Física de la École Normale Supérieure parisina, formuló esta ecuación, inspirada en su gata, pero sin necesidad de tenerla presente. Ahora, ha regresado a Galicia, al IGFAE, centro mixto de la USC y la Xunta de Galicia.
En esta nueva etapa, compaginará la labor docente e investigadora, centrada en ecuaciones de evolución no lineales, en la intersección entre la física y las matemáticas, integrándose en el equipo de Teoría de Cuerdas y campos relacionados. Su intención es no seguir profundizando en su ecuación del movimiento gatuno, aunque tampoco descarta volver sobre ella si encuentra otra vertiente para investigar.