La asociación veciñal Estriceres ha emitido un comunicado para denunciar públicamente los malos olores y el ruido que producen las instalaciones de la estación depuradora (EDAR) de Os Praceres, después de que hayan finalizado los trabajos de mejora de este espacio en julio de este 2022.
Según indica este colectivo vecinal, los problemas de olor y ruido son ahora "mucho peores" que los existentes antes de ejecutarse las obras. Estriceres recuerda que las personas residentes en Lourizán llevan años soportando los perjuicios de la presencia de la depuradora a escasos metros de las casas, pero tras las obras señalan que algunos días resultan "insoportables" estas incidencias.
El movimiento vecinal aclara que no se presentaron alegaciones a este proyecto de mejora al entender que era una solución a corto plazo, "un parche para mejorar el saneamiento y la salud de la ría" pero entienden ahora que el resultado es muy negativo para la calidad de vida del vecindario ya muy deteriorado de antemano a pesar de que el proyecto exponía que "se espera un efecto positivo ya que con las nuevas instalaciones de tratamiento de aguas se logrará una mejora en cuanto a ruidos, olores y calidad de aire respecto a la situación actual".
Acusan a la Xunta de Galicia de despreocuparse del vecindario de Lourizán y manifiestan su oposición a la ampliación de la EDAR, que supondría "triplicar" la actual depuradora.
Desde Estriceres reclaman la construcción de una cubierta que evite o palíe los olores, los efectos que pueda provocar en el proceso de aireación y, en particular, la dispersión de patógenos. Insisten también en la necesidad de realizar un plan integral de saneamiento de la ría que, según exponen, pasaría por cambiar el modelo de macrodepuradora y por sacar la EDAR actual del dominio público marítimo terrestre en Lourizán atendiendo a la Ley de Cambio Climático. La asociación recuerda que estas instalaciones se encuentran en una zona inundable.
El colectivo vecinal remite una fotografía en la que indican que uno de los operarios se encuentra baldeando con agua los excrementos que el tanque de lodos expulsó días atrás, "después de una obra de más de 16 millones de euros", recuerdan los afectados.