La nueva planta de transferencia construida por Sogama en A Lama entró en funcionamiento y ya da servicio a los municipios limítrofes.
Así lo dio a conocer este fin de semana Sogama, que anunció que la novedad de esta instalación es que permite la gestión de la materia orgánica recogida de forma diferenciada a través del contenedor marrón.
Situada en el polígono industrial de Racelo y con capacidad para 8.675 toneladas anuales, está preparada para trasvasar las tres fracciones de residuos que se encuentran bajo la competencia de Sogama: bolsa amarilla (envases de plástico, latas y bricks recogidos a través del contenedor amarillo), bolsa negra (fracción resto o no reciclable) y bolsa marrón.
Esta planta dispone de un compactador fijo, una báscula y un sistema de traslación de contenedores con capacidad para dos unidades, lo que posibilita que, en cierta medida, se independice el funcionamiento de la instalación del transporte, que en momentos puntuales puede sufrir retrasos por la congestión del tráfico, climatología adversa, posibles averías, indisposición de los conductores, etc.
También cuenta con un aparcamiento de contenedores, un edificio de oficina, vestuario y almacén, además de una depuradora de aguas residuales.
Se abastece energéticamente a través de paneles solares, fomentando de esta forma el uso de las energías renovables como una de las principales medidas con las que contribuir a la lucha contra lo cambio climático.
La instalación tuvo una inversión de más de 1,8 millones de euros y ahora se integra en la red de infraestructuras para la valorización de la fracción orgánica contenida en los residuos municipales. Esta red está conformada por 17 instalaciones: 4 plantas de biorresiduos -Cervo, en la provincia de Lugo; Cerceda, en la de la A Coruña; Verín, en la provincia de Ourense; y Vilanova de Arousa, en la de Pontevedra- y 13 plantas de transferencia de apoyo, entre las que se encuentra la de A Lama.