La construcción del tramo de la autovía A-57 entre Vilaboa y A Ermida se inició en noviembre de 2015. La última previsión del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana es que los trabajos finalicen a finales de este año. Durante todo este tiempo han surgido numerosos imprevistos, algunos de los cuales han requerido más expropiaciones.
Después de los recientes contratiempos derivados de la falta de materiales y suministros, el último problema surgido ha sido el denunciado por un grupo de propietarios de fincas en Vilaboa afectados por la línea de alta tensión de Ponte Sampaio a Lourizán, que es propiedad de Ence.
Concretamente, la obra del enlace de la Autovía A-57 con la carretera nacional N-550 en Vilaboa afecta a la línea aérea de alta tensión que tiene la empresa pastera cuya reposición ha sido programada y coordinada con la dirección de Ence para no alterar el funcionamiento normal de la fábrica de Lourizán.
Debido a estas obras de la denominada circunvalación de Pontevedra la compañía pastera tramitó ante la Xunta los permisos para desmontar dos tramos de línea aérea de tendido eléctrico de alta tensión, uno con una longitud de 263 metros y el otro de 550 metros (con un total de 6 apoyos), y desmontar también la actual línea subterránea de alta tensión en un tramo de 325 metros.
El presupuesto total de este desmontaje era de 1.177.571 millones de euros.
El problema que trasladan los propietarios de las fincas de Vilaboa por las que pasan estos cables del tendido eléctrico es que no se han atendido sus alegaciones y tampoco hubo una exposición pública del proyecto.
También aseguran que no han obtenido respuesta a su intento negociar un solución a los problemas que, según afirman, les genera el paso por sus fincas de esta línea de alta tensión.