Ence ha decidido congelar las inversiones recogidas en su plan industrial para su fábrica en Pontevedra, valoradas en casi 400 millones de euros, para que se resuelva su situación jurídica y legal.
A través de un comunicado, la compañía asegura que invertirá ese dinero "si puede seguir operando" en Pontevedra, una cuestión sobre la que se debe pronunciar la Audiencia Nacional ante el recurso presentado contra la prórroga concedida hasta 2073 por el Gobierno anterior.
Además, la tramitación de la nueva ley de cambio climático, que limita la permanencia en terrenos de dominio público marítimo-terrestre a un plazo máximo de 75 años, obligaría a Ence a marcharse en 2033, si se mantiene el carácter retroactivo recogido en el borrador.
Ante esta situación, Ence reitera que tiene "grandes planes" de crecimiento, expansión y excelencia ambiental depositados en el complejo industrial pontevedrés, una de las dos únicas plantas de celulosa en Europa cuyo proceso productivo está libre del uso de cloro.
La empresa añade que las inversiones previstas para mejorar su eficiencia, el ahorro de agua o su calidad ambiental se mantendrán únicamente si puede continuar operando en esta planta de Pontevedra hasta 2073, la fecha recogida en la prórroga que recibió en 2016.
De esos 395 millones de euros, según traslada la compañía pastera, cerca de 105 se invertirían en un plazo máximo de cuatro años, mientras que los 290 millones restantes se irían gastando de manera paulatina a lo largo del periodo de explotación.
Las actuaciones previstas incluyen mejoras en todas las etapas de producción, entre ellas el parque de maderas, la fabricación de la pasta de papel, la caldera de biomasa y de recuperación, los hornos de cal, el ciclo del agua o la reducción de las emisiones atmosféricas.
Ence, que recuerda que desde la concesión de la prórroga ya se han invertido otros 132 millones, insiste en que su "prioridad" es mantener la actividad, el empleo y las inversiones en Pontevedra, pero aclara que para ello "necesitamos seguridad jurídica".