La paralización temporal de la actividad de la fábrica de Ence, que tiene su producción parada desde julio por la sequía en la cuenca del río Lérez, no afectó a costa de resultados de la compañía.
Así, durante el tercer trimestre del año, la empresa energética registró un beneficio neto de 22 millones de euros, veinte más que los alcanzados en el mismo período de 2021. Entre enero y septiembre, según sus cuentas, el grupo acumuló beneficios por 67 millones.
En su informe, la propia Ence subraya que la subida del precio de la celulosa y la mejora del tipo de cambio mitigaron el efecto de la citada paralización temporal de la fábrica de Pontevedra y compensaron la inflación generalizada en el coste de las materias primas.
La empresa estima que la planta de Lourizán podrá retomar su actividad productiva en la segunda semana de noviembre, gracias a una solución en fase de pruebas para reaprovechtar el agua de la depuradora de Os Placeres y minimizar el consumo de agua fluvial.
El proceso de puesta en marcha será progresivo, una vez obtenidos los permisos necesarios y finalizados los trabajos de mantenimiento y reparación de la infraestructura de captación de agua dañada durante el período de inactividad.
Ence espera alcanzar un ritmo de producción normalizado en la segunda semana de diciembre.
Con respecto a su futuro, la comunicación que la compañía ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) subraya que el Tribunal Supremo aplazó la fecha para la votación y sentencia del primer recurso de casación presentado contra la anulación de su prórroga.
La intención del alto tribunal es hacer coincidir la votación y la sentencia de los dos recursos. Es "previsible", según la empresa, que en los próximos meses se publique la sentencia.