Como el convento, los balones de Santa Clara también han abandonado la clausura. La contigua plaza de Barcelos o la propia calle que bordea este sagrado lugar, ha sido uno de los espacios de juego favoritos de los pontevedreses más pequeños. Es por ello que durante décadas decenas de balones han ido a parar inevitablemente al interior del convento.
Algunos afortunados pudieron recuperarlos, pero la gran mayoría fueron quedando olvidados en el interior del convento.
La compra de Santa Clara por parte del Concello tendió una pasarela hacia un lugar que, a pesar de estar en el corazón del centro histórico pontevedrés, pervivió durante 750 años como un fuerte inexpugnable. La apertura de puertas, abrió también la esperanza de muchos niños, ahora ya adultos, a recuperar esos pedazos de cuero desgastados por el paso del tiempo que tan bonitos recuerdos entrañan en su interior.
"Uno me lo regaló mi madrina y el otro mi abuelo, que murió hace un año, y por eso le tengo mucho cariño". Lo dice Nicolás Ferreira Bayer, un joven pontevedrés de 12 años que vio como dos de sus juguetes favoritos se perdían tras los muros de ese templo prohibido hace más de 4 años.
"Vine en el momento a intentar recuperarlo pero no me abrieron. Volví unas semanas después y tampoco", relata Ferreira sus intentos antes de darlos por perdidos. Aunque "algo de esperanza en recuperarlos tenía". Y ese día llegó cuando se enteró de que el Concello compraba Santa Clara y la clausura se terminaba.
"Cuando me enteré de que el Concello compraba el convento ya mandé un correo para intentar recuperarlos", explica el joven que todavía no sabe si conservar estas joyas sentmentales en su habitación o volver a disfrutar pateándolas.
Los de Nico no son los únicos balones que esperan en Santa Clara reencontrarse con sus propietarios. "Temos balóns de moitísimas épocas, hai máis de corenta ou cincuenta", detalla el alcalde de la ciudad, Miguel Anxo Fernández Lores, que esta tarde de martes devolvió la sonrisa, y sus dos esféricos, al pequeño Nicolás.
"Son unha das moitas sorpresas que nos está a dar o convento e recuperalos por parte das crianzas é unha escenificación da apertura de Santa Clara despois de 750 anos", explica el regidor, animando a todos los pontevedreses que dieron por perdidos sus balones a contactar con el Concello para recuperarlos.
Reconoce Lores que aunque el tema de los balones levanta "moitísima curiosidade", en el interior del convento "hai cousas máis interesantes que descubrimos cada día, Santa Clara é un museo en si mesmo", sostiene el mandatario nacionalista.
Y el interés por el futuro del museo no se limita solo a la ciudadanía pontevedresa, las antiguas moradoras del convento siguen muy atentas a todas las noticias que cada día salen de estas paredes. "Encántalles saber que está a pasar co convento, se a xente quere entrar. Pídennos todos os recortes de prensa e están moi ilusionadas porque imos tratar con todo o agarimo este convento que forma parte da historia de Pontevedra", remató el regidor.