Demostrar que una constelación de picosatélites podría cambiar para siempre las comunicaciones en zonas del mundo en las que no existen infraestructuras terrestres es uno de los objetivos centrales del proyecto Humsat, que la Universidad de Vigo puso en marcha en 2013 con el lanzamiento al espacio del satélite Humsat-D. En la búsqueda de ese objetivo, la ciudad de Pontevedra acaba de convertirse en un aliado para este proyecto auspiciado por la ONU y la Agencia Espacial Europa.
El convenio firmado entre el Concello y la Universidad permitió la instalación de una serie de sensores que, a través de este satélite, recogen datos sobre la contaminación del aire y el ruido ambiental. Datos que constituyen "la primera aplicación real" de la tecnología desarrollada por los investigadores del Agrupamiento Aeroespacial de la Universidad, como explica su responsable, el profesor Fernando Aguado.
Tanto los tres primeros sensores instalados en Pontevedra a finales de marzo, como los cuatro que se sumarán a este proyecto próximamente, constituyen una "versión mejorada y más compacta" de los transmisores que este grupo de investigadores lleva tiempo desarrollando. De ahí que con el convenio el Ayuntamiento haya convertido a Pontevedra en un valioso campo de pruebas para el proyecto Humsat. No en vano, tras su lanzamiento al espacio, este picosatélite comenzó a recoger los datos que remitían las "antiguas versiones de estos transmisores", tanto en la propia Universidad como en los instalados en Brasil o California.
"Pero se emitían datos preprogramados, simplemente para comprobar que el satélite los recibía correctamente y los retransmitía a la tierra", explica Aguado. Pero ahora, lo que Pontevedra aporta al proyecto son datos reales, como destaca este investigador, que incide en que "juntar esta tecnología con los sensores en un ambiente real es un paso más para el proyecto Humsat".
DEL RUIDO Y LA CONTAMINACIÓN A LA CALIDAD DEL AIRE
Según explica Bibiano Fernández-Arruti, uno de los investigadores del grupo que, junto con Aaron Nercellas y Xavier Crespo, trabaja en este proyecto con el Ayuntamiento de Pontevedra, es el propio Gobierno local el que determina qué tipo de sensores se procede a instalar y por lo tanto qué tipo de información se obtiene con ellos.
"Nosotros lo que hacemos es programar los sensores y añadirles todo el hardware y el software que precisan para que puedan comunicarse con el satélite y con la red móvil y luego se los damos al Ayuntamiento para que los instale", apunta este investigador, que explica que "cuando el satélite pasa por encima de la Universidad (tres veces al día), descarga la información recogida y esta se almacena en un servidor". De esta manera, no sólo contribuye a comprobar el correcto funcionamiento del Humsat-D, sino también a hacerlo "ya con medidas que suponen una información valiosa para el usuario, además de para nosotros".
Los primeros sensores en entrar en funcionamiento, el 23 de marzo, fueron los tres que se instalaron en la Plaza de España, en Ponte Muíños y en el nudo de Bomberos, que miden, por una parte, el nivel de ruido ambiental, y, por otra, los índices de partículas en suspensión, con el propósito de conocer la contaminación que provoca, por ejemplo, el tráfico.