'Sen tempo non era'. Esta típica expresión gallega resume a la perfección la situación que se ha vivido con el resalto del puente sobre la autopista AP-9 en la avenida Domingo Fontán. Tras años de quejas de los conductores, el bache ya es historia.
Este resalto, que incluso fue bautizado en Google Maps como el "escalón de la muerte", ha sido reparado por operarios de la empresa EC Casas, contratados por el Concello para ejecutar estas obras de emergencia sobre el vial.
Aunque la responsabilidad de esta infraestructura es de Audasa, como concesionaria de la AP-9, y del Ministerio de Transportes, como titular del puente, el gobierno municipal solicitó permiso para resolver el precario estado en el que se encontraba la calzada.
Hace unos diez años, la Deputación había reparado parte del resalto hasta que le obligaron a abandonar el lugar, aunque no era su competencia; igual que trató de hacer el Concello meses atrás, cuando llegó a colocar las máquinas en el lugar para hacer la reparación.
Pero un equipo de mantenimiento de Audasa se presentó en el lugar parando la obra e informando que no era propiedad del Concello ni tenían autorización para ejecutarlo.
El problema, según ha explicado el edil de Obras, César Mosquera, tiene su origen en la construcción de este puente, cuando se rompió la losa de transición que sirve de soporte. Esto hizo que, poco a poco, la calzada cediese creando el resalto actual.
El bache ha sido rellenado y los operarios han pavimentado la zona creando una ligera pendiente, evitando que el desnivel pueda volver a aparecer a corto o medio plazo.
Mosquera ha recordado que esta es una solución provisional para esta problemática, que quedará resuelta definitivamente con las obras de reforma integral prevista en el Nudo de Bomberos, que incluirá nuevos accesos a la autopista AP-9.
Las obras, más allá de atascos puntuales durante su ejecución, no han generado grandes incidencias.