Tarde del martes 27 de junio. La iglesia del Mosteiro de Lérez se encuentra abarrotada de personas que asisten al funeral de "Tito", un hombre querido en la parroquia, una persona que ayudaba en la elaboración de los belenes de Navidad y que incluso colaboró en el pintado interior del templo.
Pablo Carou, el nuevo párroco de Lérez desde el fallecimiento de Crisanto Rial, evita hacer referencia durante la homilía al vecino fallecido, situación que produce incomodidad entre los asistentes. Pero la tensión se desata cuando una conocida devota practicante de la parroquia y habitual en las actividades religiosas acude a comulgar y el cura le niega la eucaristía.
La asombrada feligresa, catequista durante muchos años en la parroquia, insiste en que quiere recibir la comunión y el cura alega que ella estuvo hablando y creando alboroto durante la celebración litúrgica.
La sorpresa y el nerviosismo aumentaban entre los asistentes por el inusual conflicto delante del altar, la siguiente feligresa de la fila recibe del cura la eucaristía en la mano y al girarse hacia la zona donde todavía se encontraba la mujer a la que se le había negado el sacramento, el sacristán entendiendo que pretendía entregársela a su antecesora en la cola, se interpone y le retira la hostia de la mano.
El incidente causa malestar entre los familiares asistentes al funeral y entre la mayoría de los presentes al acto religioso. Como consecuencia, varios de esos familiares mantienen una larga conversación con el párroco al final del acto funerario demandando una explicación, según indican diversos vecinos de la parroquia.
Pablo Carou, que también es párroco de Santa María de Mourente y capellán de Montecelo, este viernes en el programa La Opinión de Radio Pontevedra afirmaba que estaba "sorprendido" porque "no hubo tal trifulca" asegurando que "todo se debió a la persona que se puso delante de la fila de la comunión y no permitió comulgar a los demás" acusándola de que "robó" la comunión a la otra mujer. de la fila
Incluso señaló que tiró la sagrada forma al suelo "y eso fue un sacrilegio", aseguró, admitiendo que la familia del difunto estaba muy disgustada por el comportamiento "de esta señora que habitualmente no está bien (...) no sé lo que le pasa pero no está bien".
"Estuvo reventando la misa con comentarios en voz alta", alega el sacerdote afirmando que la situación es complicada con ella porque ya al anterior párroco lo tenía "supuestamente amenazado", hechos que niegan numerosos vecinos de Lérez consultados en las últimas horas.
PIDEN QUE SE MARCHE DE LA PARROQUIA
PontevedraViva tiene conocimiento, por distintas fuentes, de que la feligresa acusada de esta forma por el cura y también familiares del difunto al que se dedicaba el funeral se han puesto en contacto con el vicario Calixto Cobo, que se comprometió a buscar una solución al conflicto con la intención de que Pablo Carou pida perdón públicamente.
Vecinos de la parroquia acusan al sacerdote de mentir en su relato del incidente y piden su traslado porque no existe entendimiento por diversas circunstancias relacionadas con su oposición a la lectura de escritos de recuerdo a las personas fallecidas durante los funerales, homilías con duras críticas a vestimentas utilizadas en el templo e incluso la permisividad que tiene con su perro para que entre en la iglesia.
Diversas personas advierten de que iniciarán una campaña de recogida de firmas para pedir la marcha de Pablo Carou si la autoridad eclesiástica no actúa ante estos hechos y están dispuestos a realizar manifestaciones.
"Alguien vendrá que bueno te hará. Don Crisanto al lado de este era Santa Teresa de Jesús", afirma una feligresa de Lérez que recuerdan que el anterior párroco también era criticado por determinadas decisiones polémicas.