Este lunes 24 de octubre se cumple un año del crimen machista que conmocionó la parroquia pontevedresa de Ponte Sampaio. En la madrugada de aquel sábado de 2015 José Antonio Lusquiños Bustelo, 'Coco', presuntamente mató a quien había sido su pareja durante nueve meses, Conchi Reguera Peón, y se dio a la fuga para ser detenido horas más tardes en la casa de sus padres en Soutomaior. El aniversario llega con mucho sufrimiento para la familia de la víctima y con novedades en el proceso judicial. El juicio con tribunal popular se ha señalado para la semana del 12 al 16 de diciembre.
El abogado de 'Coco' ha indicado a PontevedraViva que el acusado, que ya confesó el crimen tras su detención, "reconoce los hechos" y "está muy arrepentido". Se encuentra en prisión provisional en el centro penitenciario de Teixeiro, en A Coruña, por decisión de la cárcel de A Lama. Una persona muy cercana a la víctima trabaja en la prisión pontevedresa, de modo que se optó por su traslado.
En el mes de julio ya se había dado a conocer el escrito de acusación formulado por la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Pontevedra, que le atribuye un delito de asesinato con alevosía y pide que se le imponga una condena de 20 años de prisión y 25 años más de prohibición de residir en la parroquia de Ponte Sampaio, donde ocurrió el crimen; en el lugar de Acevedo, donde reside la familia de la víctima; o en la ciudad de Pontevedra. En ese tiempo no podrá ni siquiera acudir a estos lugares.
La petición de ese escrito presentado por la fiscal especializada en violencia de género, Rosalina Carrera, también la suscribe la acusación popular, que ejerce la Xunta de Galicia, y este periódico ha tenido acceso a información sobre el escrito de acusación de la defensa. Su abogado considera que los hechos que le atribuyen son constitutivos de un delito de homicidio en el que concurren dos circunstancias atenuantes que deben motivar que su condena sea a 11 años de prisión.
Dada la confesión, las partes hablaron de un posible acuerdo de conformidad previo al juicio, pero esta causa penal se sigue por la Ley del Jurado y ésta impide este tipo de acuerdos en todos los procedimientos en los que el procesado se enfrenta a penas superiores a seis años de prisión, de modo que del 12 al 16 de diciembre se sentará en el banquillo.
La Fiscalía sostiene que el acusado y su víctima mantuvieron una relación sentimental durante unos nueve meses, hasta que ella la rompió en agosto de 2015, ruptura que el acusado "no aceptó de buen grado". Dos meses después, el 24 de octubre, a una hora que no pudo ser determinada, pero que se calcula próxima a las 3.30 de la madrugada, 'Coco' esperó a su ex en las inmediaciones de su domicilio de Ponte Sampaio y, cuando ella llegó conduciendo el Peugeot 205 que solía utilizar, le dijo que quería hablar con ella y subió al coche con su consentimiento.
En el interior del automóvil, comenzó una discusión entre ellos y, durante la misma, sobre las 3.45 horas, de repente y de forma inesperada, el acusado atacó a la víctima con un arma blanca que llevaba consigo, muy afilada, con un filo de al menos 2,3 centímetros y una longitud mínima de 8 centímetros. La hirió y, cuando ella logró salir del coche, a la altura del cruce de Acevedo, le volvió a clavar el arma varias veces.
Según la Fiscalía, 'Coco' le clavó a Conchi veinte veces el cuchillo en la cara, el cuello, el tórax, el brazo y la mano derechos y la mano y la cara posterior de hemitórax izquierdos. Tres de estas heridas eran tan graves que le ocasionaron la muerte casi inmediata por hemorragia masiva y shock hipovólemico: una en la base del cuello que penetró en el tórax afectando a la vena yugular y dos en el tórax que afectaron a estructuras vitales como el pulmón izquierdo y el tronco de la arteria pulmonar.
Tras agredirla, el acusado sintió los gritos de un vecino de la zona que salió a la ventana al escuchar los gritos de ayuda de Conchi y, para escapar, se apoderó del vehículo, que tenía las llaves puestas, y huyó del lugar por distintas vías hasta que, en el lugar de Vilar, ante la imposibilidad de continuar, lo dejó abandonado en un camino en medio del monte de Ameán. Nunca llegó a encontrarse el arma del crimen, si bien él relató que la había arrojado en las inmediaciones del lugar donde apareció el coche.