Todos los trabajadores de actividades "no esenciales" deberán quedarse en casa durante las dos próximas semanas. Así lo ha anunciado este sábado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La medida se aprobará en un Consejo de Ministros extraordinario.
El Gobierno endurece así el aislamiento por el coronavirus decretado hace justo dos semanas y busca limitar aún más el desplazamiento de los españoles, al reducir drásticamente el número de personas que deben ir a trabajar.
Así, salvo en los servicios esenciales fijados por el estado de alarma, fundamentalmente todos los relacionados con la atención sanitaria, la alimentación o la distribución de medicamentos, los trabajadores ya no deberán ir a trabajar.
La medida entrará en vigor este lunes 30 de marzo y se extenderá hasta el 9 de abril, ambos días inclusive. A partir de ahí, se enlazará con los festivos de Semana Santa, por lo que, salvo extensión de esta prohibición, estas actividades laborales se retomarían el 13 de abril.
Será, en todo caso, un permiso "retribuido y recuperable", según ha anunciado Sánchez. Esto significa que los trabajadores seguirán recibiendo su salario "con normalidad" y, una vez termine esta situación, las horas no trabajadas durante estos ocho días laborales deberán ser recuperadas de manera "proporcional y progresiva". Habrá de plazo hasta el 31 de diciembre.
Esta decisión, ha añadido Pedro Sánchez, viene "recomendada" por los expertos y confía en que permita "vencer más rápido" al virus, al dar "un paso más" y reducir aún más los desplazamientos de los españoles y rebajar la movilidad "a los niveles del fin de semana".
El presidente del Gobierno ha destacado que la actuación de los españoles está siendo "extraordinariamente ejemplar" en unos días que, según ha destacado, "son muy duros, tristes y amargos" pero que, al mismo tiempo, "son decisivos" para superar esta pandemia.
"Pronto notaremos el esfuerzo de este poderoso esfuerzo colectivo", ha añadido el presidente.