El futuro de la flota gallega de Mauritania se debate entre la búsqueda de caladeros y el desguace

Marín
09 de octubre 2013

El sindicalista de la CIG, Xabier Aboi, acompañado de marineros y patrones de embarcaciones que faenaban en Mauritania muestran su preocupación por el futuro al que se enfrenta la flota cefalopodera gallega

Xabier Aboi denuncia el abandono que ha sufrido la flota cefalopodera /

Xabier Aboi, del sindicato CIG, y un grupo de tripulantes y patrones han mostrado su decepción después de que la Eurocámara aprobase el acuerdo que expulsa a los barcos cefalopoderos gallegos de Mauritania. Aboi ha lamentado la actitud titubeante de los eurodiputados socialistas y del gobierno español y autonómico: "estivemos sós a nivel político". Criticó que desde la Xunta se esté intentando minimizar el efecto que tendrá sobre la flota gallega reduciendo el número de barcos afectados. Según expuso el sindicalista, los barcos tienen el puerto base en zonas de exportación pero son "de onde pagan os impostos e a Seguridade Social e, digo máis, de onde presentan os ERES".

Ante la imposibilidad de trabajar en este caladero, los más de 250 tripulantes y patrones gallegos que faenaban en aquella zona se encuentran ahora a la espera de que los armadores busquen otros caladeros rentables. De lo contrario, a esos barcos les espera el desguace.

Por este motivo, de los 24 barcos gallegos que faenaban en aguas mauritanas, 6 ya fueron desguazados, uno vendido a Iván y los demás han comenzado a buscar caladeros en Gambia o Malvinas mientras no se resuelva la situación en relación con Guinea Bissau y Senegal. Sin embargo, Hipólito Castro, tripulante del barco Iván Nores reconocía que su embarcación irá a Malvinas pero se trata de un barco pequeño sin capacidad para hacer una buena campaña en aquella zona.

Los tripulantes llevan 2 meses sin cobrar ayudas y hace más de un año que se encuentran a la espera de que se les autorizase la pesca de pulpo en las aguas de Mauritania.

Por su parte, desde la Consellería do Mar se demanda a la Unión Europea una mejora de las condiciones del próximo acuerdo pesquero con Mauritania y nuevas alternativas para la flota.

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