Los vecinos de la zona de San Mauro ya han perdido la cuenta de la cantidad de veces que un coche ha dañado el crucero situado delante la capilla. El último ha sido este miércoles 4 de septiembre y, de nuevo, este elemento patrimomial está vallado.
Desde hace tiempo, la zona situada justo delante del templo se ha convertido en un lugar habitual de aparcamiento y los vehículos que estacionan ahí, al realizar maniobras, acaban dañando la base del crucero.
El último caso sucedió este miércoles por la tarde, si bien los vecinos desconocen la hora y circunstancias exactas. "A mediodía estaba perfecto y, cuando volví de trabajar, estaba vallado", relata uno de los vecinos cansados ya de tantos accidentes.
Tampoco la Policía Local conoce las circunstancias ni sabe quién fue el responsable. Según han confirmado fuentes oficiales, tuvieron noticias de los daños al crucero y una patrulla policial se acercó al lugar para vallarlo y evitar que hubiese daños mayores o resultasen afectadas personas que se moviesen por la zona.
Los vecinos no tienen duda ninguna de que volvió a ser un coche, pues está dañada la base, que corre riesgo de moverse e incluso caer, pues la estructura tambalea. Con el impacto, se desplazaron un poco la base y el capitel.
Los vecinos no ocultan su enfado por lo frecuentes de estos incidentes, pues hace tan solo mes y medio que repararon este crucero. En mayo había sufrido un impacto de un coche y permaneció vallado durante meses hasta que hace una semanas se reparó.
"Aguantó mes y medio", señala un vecino, que recuerda que "lleva ya varias reparaciones porque los coches se dan y allá va...".
El crucero está situado justo delante de la capilla de San Mauro, en una plaza que pertenece a la Iglesia y que, al no estar cerrada, se ha convertido en aparcamiento.
El enfado vecinal también está dirigido a este uso de una plaza que debería ser peatonal y para dar servicio al tempo, pues "los coches aparcan de cualquier forma".
Este mismo miércoles, un coche estaba aparcado justo delante de la puerta de la capilla y se han dado ya ocasiones en las que "si quieres acceder a la capilla, no puedes". Hace tres meses, durante un funeral, "el ataúd casi no entraba porque había un coche aparcado".