Dos o tres semanas. Es el tiempo que tardará en reunirse de nuevo la mesa de contratación del agua. El retraso se debe a que, tal y como se había avanzado el pasado lunes, dos empresas han podido incurrir en baja temeraria: Viaqua, actual adjudicataria, y Facsa.
El edil de Facenda, Raimundo González, explicó que para estas dos empresas la ley obliga dar un plazo de cinco días hábiles para que justifique la propuesta presentada, de modo que su exclusión no es automática.
Además, el informe técnico ha cuestionado las ofertas presentadas por Aqualia y Espina y Delfín, ya que no incluyen en su oferta una serie de mejoras que se consideraban como obligatorias en el pliego de condiciones.
El PSOE intentó, sin éxito, que estas dos empresas fueran excluidas del concurso al incumplir los pliegos. Raimundo González ha explicado que los técnicos municipales opinan lo contrario, si bien ha avanzado que esta cuestión penalizará a ambas compañías.
El nuevo contrato del agua está diseñado, recordó el edil nacionalista, para garantizar que se complete la red de saneamiento del rural de Pontevedra y se avance en el sistema de abastecimiento de agua, ya que el pliego de condiciones plantea inversiones a asumir por las empresas por un valor máximo de 58,2 millones.
El grupo socialista y la concejala de Ciudadanos han votado en contra del informe que fue aprobado con los votos de los cuatro técnicos municipales y del responsable de contratación, el propio Raimundo González. Marea Pontevedra no asistió a la reunión y el portavoz del PP llegó tarde, cuando ya se había votado, por lo que a efectos legales figura su no asistencia.
La mesa de contratación volverá a ser convocada cuando los técnicos hayan estudiado la documentación complementaria que aporten las empresas.