Los centros comunitarios de compostaje operativos de la parroquia de San Salvador, en Poio, han cerrado el año 2022 con un balance muy positivo, al incrementarse las cifras de residuos orgñanicos tratados en un 25%.
Según ha explicado el concejal de Obras e Servizos, Julio Casás, su funcionamiento fue "sobresaliente" al tratar a lo largo de todo el año hasta 80 toneladas de restos orgánicos. De ellas cerca de 55 corresponden la fracción orgánica de residuos municipales (que provienen de las aportaciones de los vecinos) y unos 25 de fracción vegetal. Así se recoge en la memoria anual elabortada por la maestra compostera al mando del servicio.
Los composteros comunitarios de Poio se instalaron a finales de 2020 en el entorno del parque Rosalía de Castro, en Ferreirós, ampliándose después a Valiña y Río Miño.
Además está previsto que en las próximas semanas empiecen a funcionar otros dos nuevos composteros comunitarios, situados en el entorno del parque de Ánkar y en las cercanías del Casal de Ferreirós. La instalaciones de estos dos últimos recipientes se lleva a cabo al amparo de la aportación de 80.000 euros, de fondos europeos, gestionados ante la Xunta de Galicia, que también contempla otras actuaciones comoa la adquisición de diez biotrituradoras.
Esta buena acogida compostaje se refleja a su vez en el incremento del compost resultante, estimado en su totalidad en 34 toneladas. Gracias a ello se repartieron 692 sacos entre el vecindario, de manera gratuita, para utilizar en viñedos y otros cultivos de gran extensión, a los que hay que sumar otros más pequeños, de 1 kilo de peso, para utilizar en macetas y plantas.
"Ás toneladas dos comunitarios temos que sumar todos os biorresiduos xestionados e que se deixan de recoller, transportar e tratar en Sogama", afirmó el edil haciendo balance pero consciente de que "aínda queda por facer, pero estamos no camiño correcto para cumprir coas directrices que establecen as novas normativas neste eido de cara ao futuro inmediato".