El comedor de San Francisco continúa con su labor social aun en tiempos de coronavirus para alimentar con normalidad a las personas más necesitadas.
Aunque las puertas están cerradas desde el comienzo del estado de alarma, continúan con la entrega de comida en táperes sellados y bolsas para reducir el riesgo de contagio del COVID-19.
Ante la gran demanda por parte de los más de 170 comensales diarios, y gracias a la ayuda tanto de Cáritas como de Pepe Solla, "decidimos ampliar el servicio", explica Paloma Castro,concejala de Bienestar Social.
De esta manera, en la cocina de San Francisco elaboran la comida los martes, jueves y sábados, mientras que los lunes, miércoles y viernes, se encarga Pepe Solla, que cocina en su propio restaurante y abastece al comedor.
De lunes a viernes también son los encargados de suministrar a los dos albergues de Pontevedra, el de Raíña da Paz y el del Pabellón Multiusos de A Xunqueira, que cuentan con 21 y 11 usuarios respectivamente.
Cáritas, por su parte, cocina los domingos. Cuentan con una cocina bastante más pequeña, y son los encargados de abastecer los albergues el último día de la semana.
Con todo, y a pesar de la dificultad que supone prestar el servicio en las condiciones habituales, desde los comedores solidarios y los albergues para personas sin hogar que siguen abiertos en Pontevedra, continuarán con su cita diaria para abastecer a los más necesitados durante el tiempo que sea necesario, gracias, en gran parte, a las donaciones de alimentos por parte de empresas y de otros colaboradores.