"No tenemos aulas seguras". Es el grito unánime de la comunidad escolar de un colegio de Meis, el CPI Mosteiro, después de que Educación no aceptara retrasar el inicio de las clases tras haber dado positivo por COVID-19 el director del centro, lo que ha obligado a que otros ocho docentes hayan tenido que iniciar un periodo de cuarentena.
Molestos por la falta de información e intranquilos por la situación generada, los padres se han negado a que sus hijos inicien las clases. No irán, aseguran, hasta que Educación les garantice que el centro es seguro. En este primer día, solo dos niños han pisado las aulas del centro.
"Yo me voy a mantener en mis trece de no traer a mis hijos hasta que nos den una garantía de que el colegio es seguro", afirma Patricia Lede, madre de dos alumnos del CPI Mosteiro, que lamenta que "aquí no se ha hecho nada" para resolver este problema.
Sandra Fariña, cuya hija debería regresar al colegio el próximo miércoles, ya avanza que "mientras no nos digan que el colegio está bien desinfectado mi hija no va a venir". Considera de que la situación es "vergonzosa" y que es una "falta de ética" de las autoridades educativas.
Además de la desinfección del centro, que según aseguran desde la Xunta se realizó en la tarde de ayer, los padres exigen que se hagan pruebas PCR a los profesores que no han sido aislados porque todos ellos tuvieron contacto con el infectado en un claustro celebrado recientemente.
A este respecto, una de las madres que este jueves se ha concentrado ante el colegio, coincidiendo con el final de la primera jornada lectiva, afirma que sin esa prueba "nadie me puede garantizar que los profesores que tuvieron que venir den negativo".
La presidenta de la ANPA, Sonia Otero, añade que el problema es que Sanidad "no ha localizado el foco" de la infección y Educación "no se ha asegurado de que el personal puede trabajar en condiciones seguras para los niños", por lo que la asociación recomienda a todos los padres y madres que no traigan a sus hijos al colegio.
"No cuestionamos el protocolo ni nos negamos a que empiecen las clases solo pedimos que consideren esta situación, que tenemos un positivo en el centro, y que nos permitan tener otros tiempos para asegurar la situación e iniciar el colegio la semana que viene", señala Otero, que afirma que "no sería más que esperar unos días después de siete meses sin clase".
Hasta la concentración, en la que ha participado más de medio centenar de personas, ha acudido también la alcaldesa de Meis, Marta Giráldez, que ha criticado la actitud "irresponsable y chulesca" de Educación y ha pedido que "impere la cordura".
La regidora considera que "lo más sensato" es que, ante la preocupación de los padres, no se inicien las clases hasta el próximo 17 de septiembre, fecha en la que debería concluir la cuarentena de los profesores que han sido aislados por la COVID-19.
"No somos nadie para decirle a los padres qué tienen que hacer con sus hijos pero considero que no es seguro ahora mismo que traigan a los niños al colegio", ha subrayado la alcaldesa.
A las puertas del colegio también se encontraba la diputada del BNG Montse Prado, que ha señalado que "calificar de caos lo que está ocurriendo es quedarse cortos" y ha calificado de "despropósito" que Educación haya dado orden de que el curso se iniciara con normalidad en este colegio cuando el director ha dado positivo por COVID-19 y ocho docentes están aislados.