Tras seis meses de tratamientos, el Concello de Pontevedra ha finalizado este martes los trabajos programados para mejorar la calidad de vida del centenario carballo de Santa Margarita. A partir de ahora, se vigilará de cerca para comprobar su evolución.
La última actuación consistió en apuntalar dos de sus ramas. El sistema aplicado consistió en la disposición, bajo un punto escogido para cada rama, de un puntal de acero macizo articulado. Tiene una rótula en su base y un cojín de caucho bajo la rama que, junto con una cincha de amarre, envuelve la rama para evitar la caída del puntal con la fuerza del viento.
Estos puntuales nacen de sendas zapatas sin que su encofrado afecte a las raíces del árbol.
Sobre las ramas apuntaladas, una de ellas crece hacia carretera y a otra crece en dirección al centro de la ciudad. Ambas tienen problemas de conservación por ataques de hongos o insectos ya tratados, y también por pérdidas importantes derivadas de roturas u otros daños anteriores.
Esta es la última fase de actuación en el carballo de Santa Margarita acordada por el Concello y la Deputación el pasado mes de agosto, después de la caída de una rama de 200 kilos y de la evaluación realizada por la Estación Fitopatológica de Areeiro de este árbol singular.
Hasta ahora se había hecho una poda sanitaria para descargar el árbol. También se realizó un tratamiento biológico contra los insectos xilófagos y el pasado septiembre se hicieron labores de oxigenación de las raíces del árbol que están tapadas por asfalto.
En todo este proceso, el Concello contó con el apoyo del departamento de medio ambiente de la Xunta de Galicia que autorizó estas intervenciones. Ahora, los técnicos harán supervisiones periódicas del árbol para ver cómo evoluciona tras todos estos trabajos.