Restituir de forma simbólica la corporación municipal y los funcionarios del Concello de Pontevedra que fueron represaliados y destituidos como consecuencia del levantamiento fascista de 1936. Es la intención de la moción que el BNG presentará al próximo Pleno y que pretende servir de homenaje a todos ellos y a sus familias, víctimas también de persecuciones políticos y todo tipo de torturas, según el concejal Luis Bará.
El edil del BNG explicó que estos represaliados formaban parte de una corporación "elixida democráticamente" y fueron sustituidos de forma ilegítima por las autoridades militares. Esta situación, recuerda Luis Bará, supuso el inicio de un periodo de persecución política y de una violenta represión contra estas personas, que representaban ideales republicanos, galleguistas y de izquierdas.
Entre ellos, Bará citó al alcalde de Pontevedra en aquella época, Bibiano Fernández Osorio Tafall, obligado a exiliarse en el extranjero; Manuel García Filgueira, que estuvo oculto durante trece años; o Manuel Gama Casalderrey, cuya condena a muerte fue conmutada por prisión. Además, otros dos concejales fueron asesinados: José Acuña Gallego en Ponte Sampaio; y Alberto Martínez Siscar en Bueu. El cuerpo de éste fue fondeado en la ría de Pontevedra.
Esta represión también se dirigió contra muchos funcionarios del ayuntamiento, que fueron perseguidos, depurados y destituidos de sus puestos de trabajo. De entre la veintena de víctimas, Luis Bará explicó el caso de Dionisio González Pérez, subcabo de la Policía Local, condenado a muerte y ejecutado en A Caeira; Juan Milleiro Sampedro, auxiliar de la oficina de aguas, ejecutado en la avenida de Buenos Aires; o el músico de banda municipal, Raimundo Rodríguez Neira, secuestrado y asesinado por un grupo de falangistas de Marín.
Además, Luis Bará señaló que en estos episodios desempeñaron un papel muy activo algunos concejales de la corporación, que serán con esta moción objeto de "repulsa e condena" y excluidas de cualquier acto de homenaje y reconocimiento. Todos ellos fueron cómplices, dijo, de lo que vivieron muchos vecinos de Pontevedra, "asasinatos, encarceramentos, torturas, malleiras, humillacións, rapados ou violacións, entre outras".
Teniendo en cuenta la vinculación de estas personas con Pontevedra y considerando que en las actas del concello figuran estos hechos y que "nunca foron revisados nin condenados", el BNG entiende que este acto simbólico es una "obriga ética" y un acto fundamental de justicia y de memoria colectiva, "tendo en conta que o coñecemento da verdade é parte indispensable do proceso de reparación das persoas que sufriron esta represión".
De aprobarse, el Concello de Pontevedra celebrará un acto de homenaje el próximo mes de noviembre. En él se pretende contar con familiares de las cerca de 30 víctimas contabilizadas, entre concejales de la corporación y funcionarios, de estos episodios que recogen las actas municipales y las investigaciones de profesores e historiadores como Xosé Álvarez Castro, que publicó el pasado año el libro Pontevedra nos anos do medo.