El relevo en la gerencia del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, con José Flores a frente como nuevo responsable, llevó al BNG de Poio a pedir que "no quede en un cambio de caras" y que se cubran las plazas necesarias para la correcta atención del vecindario de este ayuntamiento.
El BNG recuerda el cierre y reapertura del consultorio de Raxó en las últimas semanas y señala que "hay situaciones que requieren de una solución inmediata".
Así, marca como prioridades el centro de salud de Anafáns, que permanece cerrado por la tarde desde lo 1 de julio y hasta el 30 de septiembre por "razones organizativas"; el consultorio de Raxó, en el que solo se encuentra el médico titular, y cuando falta por cualquiera motivo no se cubre; y la situación de Combarro, donde el Sergas tuvo que unificar el servicio con Anafáns para poder garantizar la asistencia médica de ambos centros.
La cuestión más grave, según los nacionalistas, es la de la pediatría, pues el ayuntamiento lleva más de 20 días sin pediatra y el personal de medicina de familia tiene que asumir las urgencias pediátricas entre las propias consultas programadas.
Desde el BNG insisten en que la situación sanitaria lleva años empeorando en Galicia y en concreto en Poio, "respondiendo a un modelo de gestión del gobierno del Partido Popular en la Xunta que se mostró ineficiente, colapsando todos los años y muy agravado desde la pandemia".