Hasta el próximo 22 de abril podrán presentar sus ofertas todas las personas interesadas en explotar el bar de Portocelo, en Marín. La concesión será por dos años, con posibilidad de prórroga de otros dos, con una propuesta de renta mensual de 236 euros, más IVA.
La Plataforma de Contratación del Sector Público tiene ya subido el anuncio para sacar adelante esta nueva contratación, a través de procedimiento abierto y en régimen de alquiler, en el que toda persona interesada podrá presentar una proposición.
Se trata del edificio situado en la zona arbolada frente a la playa de Portocelo, que está destinado al servicio de restauración, ocio y entretenimiento, con un espacio que incluye tanto el inmueble como la zona de terraza elevada y con vistas a la playa de Portocelo.
La duración del arrendamiento será de dos años, con una posible prórroga de dos años más. Esta prórroga será solicitada por el contratista con, por lo menos, dos meses de antelación a la finalización de la actual concesión.
La renta mensual por explotar el local será de 236 euros, más IVA, siendo el valor total del contrato, teniendo en cuenta las eventuales prórrogas, de 11.328 euros.
El local deberá estar abierto de 12.00 a 20.00 horas, durante por lo menos cuatro días a la semana, y durante toda la época del año, a excepción del cierre de vacaciones de un mes, que de todas formas nunca podrá ser durante la época estival (de mayo a septiembre).
Además, en los pliegos se recoge que el Concello de Marín tendrá derecho a usar el espacio cinco días al año para la realización de actos de interés público.
Será por cuenta del adjudicatario la adaptación interior que sea preciso realizar para la explotación del local, así como los gastos de mantenimiento, teniendo que asumir las obras de reforma, reparación o conservación de las instalaciones.
En el caso de querer modificar el espacio exterior, siempre será con previa autorización del Concello.
También correrán a cargo del adjudicatario todos los impuestos relativos al ejercicio de la actividad.
Además, la persona que resulte adjudicataria estará obligada a conservar en perfecto estado la instalación una vez finalice el tiempo de la concesión. Por otro lado, la plantilla que haga falta contratar para el correcto funcionamiento del servicio también será por cargo del adjudicatario.