La red solidaria tejida alrededor del Banco de Alimentos se ha convertido, más que nunca, en un salvavidas fundamental para miles de familias que, golpeadas por una situación vital complicada, recurren a sus estanterías para cubrir las necesidades alimentarias básicas.
La crisis económica derivada de la crisis sanitaria del coronavirus ha disparado en las últimas semanas la cantidad de personas necesitadas que solicitan beneficiarse de sus repartos periódicos de comida y ha vaciado sus almacenes, obligando a una ‘Operación Kilo’ extraordinaria para cubrir la demanda que, tan solo en Pontevedra, ya alcanza las 2.850 personas.
Desde el almacén de la calle Faustino Santalices ha repartido desde principios del mes de enero 35,5 toneladas de alimentos, fundamentalmente no perecederos y de forma extraordinaria en las últimas semanas.
Pepe, voluntario del Banco de Alimentos de Pontevedra, constata que desde la activación del estado de alarma, con la paralización de muchos sectores económicos, les ha llegado "mucha gente necesitada pidiendo información sobre dónde puede acudir para recoger alimentos".
Desde esta entidad se les deriva al Chalet de Fontoria, sede del departamento municipal de Servicios Sociales, para que los trabajadores sociales contrasten los datos económicos de cada persona o familia y constaten si cumple los requisitos para pasar a beneficiarse de su servicio.
Precisamente, este miércoles recibieron una visita especial para agradecer ese trabajo fundamental desde el ámbito municipal. El alcalde y la concejala de Benestar Social, Miguel Anxo Fernández Lores y Paloma Castro, recorrieron las instalaciones acompañados por el presidente y el vicepresidente de la Fundación Provincial Banco de Alimentos, Pedro Pereira e Iván Martínez, así como de su responsable local, José Luis Doval.
Pedro Pereira aportó la cifra de 35,5 toneladas de alimentos repartidos en Pontevedra y aprovechó la visita para hacer una demanda, pues echa en falta que la institución cuente con arcones frigoríficos en los que poder almacenar comida congelada para poder entregar a sus usuarios carne o pescado. Avanzó ya que, una vez que se retome la normalidad tras la crisis del coronavirus, reclamarán una solución a esta situación.
Tras la visita, Paloma Castro quiso agradecer públicamente el trabajo de los voluntarios que hacen posible el Banco de Alimentos "neste momento no que xorden moitas necesidades derivadas da crise do coronavirus" y aseguró que el Concello continuará colaborando con ellos, con la esperanza de que "esto pase pronto e poidamos volver a unha normalidade".
Lores, por su parte, reiteró ese agradecimiento y lo hizo extensivo al personal municipal que colabora en este servicio y a otros departamentos de Benestar Social que colaboran con el Comedor de San Francisco y hacen posible el reparto de comida a domicilio a los niños que habitualmente comen en el comedor escolar y que, con el cierre de los colegios, se vieron privados de un alimento fundamental para su crecimiento. Al respecto, Paloma Castro añadió que el Concello reparte comida puerta a puerta a 172 familias.
El alcalde, además, reivindicó a esta Fundación como "peza fundamental para coordinar e para achegarlle á xente que máis o necesita alimentos" y destacó su trabajo coordinando las acciones de ayuda a los más necesitados del propio Concello y de las organizaciones sociales para lograr que lleguen a su destino "todos os alimentos imprescindibles para que todo o mundo teña un mínimo cuberto no que se refire a alimentación neste momento de crise".