El ataque de vecinos de O Vao a guardias y policías durante el confinamiento acaba con 16 condenados

Poio
13 de noviembre 2021

Primero atacaron con piedras, palos, hachas y bates de beisbol a la Guardia Civil, causando heridas a tres agentes. Menos de una hora más tarde, prepararon una emboscada en la que pretendían vengarse de los agentes por la detención de un joven y acabaron atacando a la Policía Local de Poio, dejando heridos a dos agentes

Una de las personas detenidas en el poblado de O Vao Guardia Civil

Primero atacaron con piedras, palos, hachas y bates de beisbol a la Guardia Civil, causando heridas a tres agentes y dañando un vehículo. Menos de una hora más tarde, prepararon una emboscada en la que pretendían vengarse de los agentes por la detención de un vecino de O Vao y acabaron atacando a la Policía Local de Poio, dejando heridos a dos agentes y dañando un coche patrulla. 

Ocurrió en el poblado chabolista de O Vao de Arriba el 4 de mayo de 2020, en pleno confinamiento decretado para frenar la pandemia de la covid-19 y finalmente ha acabado en condena. La Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado con su propia conformidad a 16 personas.  

Los condenados han aceptado ser autores de los delitos de resistencia, desórdenes públicos, atentado, daños y lesiones y cumplirán penas que van desde los tres a los 21 meses de prisión, además de pequeñas multas y la obligación de indemnizar a los cinco policías y guardias civiles heridos.

Todos los condenados eluden el ingreso efectivo en prisión. La sentencia acuerda suspender su entrada en la cárcel durante dos años, si bien la suspensión queda condicionada a que  no vuelvan a delinquir en ese plazo y a que paguen la responsabilidad civil.

 

La sentencia de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra considera probado, con la propia conformidad de los acusados, que los dos ataques tienen su origen en un control realizado por la Guardia Civil en O Vao de Arriba sobre las 19.20 horas para comprobar el cumplimiento del estado de alarma.

Los guardias observaron a un grupo de personas incumpliendo el decreto e identificaron a varios, entre ellos un joven que dijo a los agentes, en tono irónico, "dejad de molestarnos, es probable que mañana pague la multa, hoy no tengo suelto", al tiempo que se daba la vuelta y se alejaba.

Un agente le tocó en el hombro para que no se fuese, y, en ese momento, el chico le dio un puñetazo que no lo alcanzó. A continuación, el joven fue detenido, pero él se opuso y empezó a gritar pidiendo ayuda. A los grupos respondió un gran número de personas del poblado, que atacó a los agentes con piedras, palos, hachas y bates de beisbol.

La sentencia concluye que un total de 13 personas, seis de ellas con antecedentes, participaron en el ataque, que buscaba "alterar la normal convivencia y oponerse violentamente a que los agentes de la Guardia Civil pudiesen ejercer su función". Tres agentes resultaron heridos.

Una vez finalizado el ataque, el padre del primer joven detenido empezó a "preparar una emboscada a los agentes de la guardia civil como represalia por la detención" porque estaba enfadado. Para ello, a las 20.04 horas, llamó al 112 indicando que había una reyerta en O Vao de Arriba y pidiendo que se enviase a la Guardia Civil.

Sobre las 20.40 horas, y en respuesta a esa llamada, llegó al poblado una patrulla de la Policía Local de Poio. Tres vehículos conducidos por tres personas luego condenadas siguieron al coche patrulla "con el propósito de obstaculizar la huida del vehículo policial" y lo golpearon.

Al llegar a O Vao de Arriba, los agentes observaron un tumulto de gente en la calzada, por lo que disminuyeron la velocidad hasta casi parar. Cuando uno de los agentes intentó salir del coche, un Seat conducido por el autor de la llamada al 112 embistió el vehículo y también recibieron golpes que fracturaron la ventanilla del conductor y las ventanillas traseras y delantera derecha.

Por la ventanilla delantera derecha se introdujo un tronco de grandes dimensiones que golpeó en la nariz y el brazo a un agente. La conductora del vehículo policial aceleró y recorrió unos 40 metros, durante los que siguieron golpeándoles. Los dos agentes resultaron heridos. 

Participaron de forma activa en estos hechos ocho personas, los tres conductores de los vehículos implicados y cinco más. Algunas de ellas ya habían atacado también a los guardias civiles. Todos ellos actuaron "conjuntamente con pleno conocimiento que se alteraba la paz pública y de que los acometidos eran agentes de la autoridad".