Ence ha presentado ante la Autoridad Laboral un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por duración de cuatro meses, como consecuencia de la parada en la producción que ha llegado provocada por la bajada de caudal en el río Lérez, de donde recogía agua para la actividad industrial en Lourizán. Este viernes 29, representantes del comité de empresa, con mayoría del sindicato Comisiones Obreras, presentaba al personal de la fábrica en dos asambleas informativas la situación laboral a la que se enfrentan los trabajadores durante este verano.
La empresa presenta este ERTE alegando fuerza mayor justificándolo en la actual sequía. Una situación, que según Rubén Fernández, secretario del comité de empresa, no se produce desde hace más de dos décadas, en la que la fábrica también se vio obligada a paralizar la producción por una situación de falta de agua y asumir una regulación de empleo temporal. Sin embargo, esta situación no se registró en otro período de sequía importante como el que se producía en 2017. La reducción de la concesión de recogida del caudal del Lérez a 0,6 metros cúbicos por segundo, decretada por la Xunta de Galicia en este 2022, ha cambiado la escena.
La empresa, según el documento presentado, se compromete a reactivar la actividad en el momento en que esta situación de escasez finalice y, según el secretario del comité, también indica que intentará que afecte al menor número de personas posible. En la documentación ofrecida por la dirección a los representantes sindicales, el ERTE afecta a un 22% de los trabajadores (alrededor de 90 de un grupo de 400), indican las mismas fuentes. Cerca de cincuenta empleados también han adelantado las vacaciones para postergar la entrada al ERTE.
Durante estos meses se realizarán labores de manteminimiento en las instalaciones de la factoría y los sindicatos han reclamado a la empresa que se establezca un equilibrio para que el período de ERTE afecte de manera igualitaria al personal, tanto en el caso de trabajadores propios como el de empresas auxiliares, que también se ven afectadas por este parón.
ERTE INDEPENDIENTE DE LAS DECISIONES JUDICIALES
"Tenemos que hacer una reflexión sobre el consumo del agua", reconoce Rubén Fernández, para evitar que estas complicaciones se repitan en la pastera durante los próximos años. Por este motivo, los representantes del comité indican que le han pedido a la empresa durante las conversaciones mantenidas esta semana una serie de medidas para el futuro. Afirman que existe una tecnología que reduciría el consumo de agua por parte de la fábrica. Una tecnología que, según indica el integrante de CCOO, dependerá de si el Tribunal Supremo atiende los recursos y ofrece una resolución contraria a las de la Audiencia Nacional que anulaban la prórroga de Ence en Lourizán.
Rubén Fernández: "Un ERTE de fuerza mayor no se puede convertir en un ERE de extinción"
Precisamente, Rubén Fernández afirma que este ERTE es independiente de la decisión que adopte el órgano judicial a partir del 4 de octubre, cuando comience a analizar los recursos presentados, entre otros, por la propia empresa ante la decisión de la Audiencia Nacional. "Una cosa no tiene que ver con la otra. Un ERTE de fuerza mayor no se puede convertir en un ERE de extinción", explica el representante sindical, "esto está limitado en el tiempo y depende de lo que suceda con el caudal del río. Lo que pase con el Tribunal supondrá otro escenario", afirma.
"Nos preocupa el hecho de parar por estas circunstancias", admite para añadir que la empresa pastera adopta la decisión de parar y acudir al ERTE para "dar respuesta a lo que está obligada" por la legislación en relación con el consumo de agua. En todo caso, entre el conjunto del personal existe un porcentaje notable de trabajadores que muestra preocupación por el futuro inmediato ya que este cúmulo de circunstancias coincide en un período crucial para el devenir de la fábrica.