Dos hombres se sentarán el próximo martes 23 de abril en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Pontevedra por presuntamente secuestrar a dos mujeres a las que trasladaron a una nave de Vilagarcía de Arousa y ataron a una columna con las manos a la espalda mientras ellos estaban disfrazados de agentes de la Guardia Civil.
La Fiscalía solicita a la Sección Segunda de la Audiencia que condene a uno de ellos a 12 años de prisión y al otro a 13 años y nueve meses como autores de los delitos de detención ilegal, robo con intimidación y daños. También pide que los acusados devuelvan los 3.000 euros robados, abonen el valor de los relojes que se llevaron de la casa y no fueron recuperados, paguen por un coche que incendiaron y asuman el coste de los daños producidos en la vivienda.
El escrito de acusación de la Fiscalía sostiene que las dos víctimas fueron la propietaria de una vivienda y la mujer que trabajaba como empleada de hogar y que las mantuvieron retenidas varias horas hasta que les dijeron dónde tenían el dinero.
Los hechos se produjeron el 20 de noviembre de 2013. Según el fiscal, los dos acusados llamaron al telefonillo de la vivienda vestidos con uniformes de la Guardia Civil y, tras engañar a la dueña para que les dejara entrar, abordaron a las dos mujeres alegando que las llevaban detenidas.
Las ataron con unas bridas y las metieron en un Audio A6 que estaba aparcado en el garaje de la casa. Las llevaron a una nave industrial abandonada con la cabeza tapada con un pasamontañas y allí las bajaron a un sótano y las ataron a una columna.
Ante la negativa de las mujeres a decirles dónde tenían dinero guardado, uno de los acusados puso una pistola en la cabeza a la dueña de la casa, le enseñó fotos de su hija y la amenazó con descuartizarla. También fingió estar dispuesto a cortarle los dedos de una mano con un cuchillo.
Tras varias horas retenidas, la mujer les reveló dónde tenía oculto el dinero y las joyas y los dos hombres acudieron alternativamente al domicilio para buscarlo, revolviendo las habitaciones y picando el suelo del garaje hasta que hallaron el botín. Una vez logrado su objetivo, volvieron a subir a las dos mujeres al coche y las llevaron de vuelta al domicilio, en donde las dejaron atadas y las advirtieron: "Tenemos amigos en Guardia Civil y vamos a saber lo que declaráis".
Los dos acusados, según el fiscal, se marcharon en dos coches de alta gama que robaron de la casa. Uno de estos coches lo abandonaron delante de un concesionario de automoción y el otro lo dejaron en una carretera secundaria del municipio pontevedrés de Meis tras plantarle fuego con la intención de deshacerse de él.