Desesperación en la cofradía de Lourizán por la elevada mortandad de marisco provocada por Domingos

Pontevedra
15 de noviembre 2023

463 mariscadoras a pie están comprobando los problemas ocasionados por la lluvia continuada durante las últimas semanas y por el mar de fondo desde que este lunes retomaron la actividad extractiva de almeja y berberecho en la playa pontevedresa. Mari Carmen Vázquez, patrona mayor, afirma que el precio en las lonjas de cara al mercado navideño es el que puede compensar el trabajo ante la escasez de producto

Mariscadores a pie en la playa de Praceres durante este martes 14 de noviembre Mónica Patxot

"Mortaldade a tope", se lamenta Mari Carmen Vázquez, mariscadora y patrona mayor de la cofradía de Lourizán, a pie de playa, después de la segunda jornada de recogida.

La desesperación es grande entre el colectivo de personas que se dedican al marisqueo a pie en este pósito. "Hai moita auga doce", asegura la patrona mayor, "o deste ano é xa algo atípico. Levamos un mes chovendo a balde". 

Indica que el río Lérez está perjudicando mucho al banco marisquero al bajar lleno y cargado de ramas desprendidas a lo largo de su trazado. "Temos o monte nas praias. Quen queira leña que veña", explica Mari Carmen Vázquez. 

El mar de fondo también está ocasionando pérdidas porque aunque las augas parezcan en calma, por debajo están removiendo la arena. Una situación que no esperaban para esta campaña de Navidad, que está a las puertas.

"A ría estaba moi sana. Os biólogos fixeran mostras anuais para os plan e eran extraordinarias. Comezabamos a ter berberecho e agora vén iso e dis: onde está o futuro?", expone la mariscadora con lágrimas en los ojos: "ver ese berberecho aí mollado no medio desas ondas é de chorar".

Mari Carmen Vázquez llamó a la Consellería do Mar en las últimas horas para trasladarles la situación. Afirma que solicitar ayudas por estas pérdidas depende de un informe de un biólogo de zona que certifique el porcentaje de pérdida en los puntos donde se realizaron los muestreos que demostraban la abundancia de presencia de bivalvos antes de estas lluvias.

Pero el sector sabe que el proceso de trámite de ayudas es lento y, al tratarse de profesionales autónomos, se preguntan cuánto tiempo puedan aguantar así.

"Nós non temos a culpa do que está pasando. Temos que ir traballar. Se total vai morrer, que máis dá", alega explicando que en estos días de noviembre tenían que trabajar en las zonas estipuladas, muy afectadas por los temporales y se ven obligadas a escoger con el máximo cuidado el marisco que encuentran con vida. 463 mariscadoras a pie viven esta situación y, a finales de este mes, comenzará el sector de marisqueo a flote a trabajar en la ría.

"Este é un problema ambiental derivado do cambio climático. Non fai frío, a auga ten a temperatura quente. As ameixas desovan coa calor. Elas desovaron e quedaron débiles, veulles a auga doce e o frío e... plaf. Non sei como aguantaron tanto", explica la máxima representante de la cofradía ante el desastre de capturas recordando que la almeja japónica tarda un año en ser comercial, igual que el berberecho, mientras que la almeja fina supera los tres años.

Las mariscadoras ven en la borrasca Domingos a la principal culpable de la elevada mortandad: "Pasou Domingos e Domingos fíxoa. Se elas estaban débiles, co mar de fondo xa as foi botando para arriba deixando a comida flotando", comida que ahora se convierte en pasto de las gaviotas de la ría pontevedresa.

Desde la cofradía se agarran a que la escasez del producto pueda elevar los precios en estos últimos meses del año.

"Nós para levala á lonxa temos que ir quitando cunchas e que vaia o máis perfecta posible para os compradores. O prezo é o que nos vai compensar porque o merecemos, porque non hai, e porque nos dá a vida e só podemos dar grazas a quen a compra", reconoce Mari Carmén Vázquez, que termina marchándose de la playa arrastrando su pena por este panorama: "é moi triste".