Desalojo exprés de una casa ocupada en Combarro de mano de los vecinos y el alcalde

Poio
14 de enero 2025
Actualizada: 15 de enero

El alcalde de Poio, Ángel Moldes, se presentó en el lugar y pidió hablar con los okupas. Al entrar el regidor en el edificio quedó la puerta abierta y detrás de él pasaron un grupo numeroso de vecinos

Momento en el que los vecinos desalojan la casa okupada PontevedraViva

Pasadas las seis de la tarde de este martes, la pareja que habían ocupado ilegalmente el segundo piso de una vivienda situada en la Avenida da Cruz, en Combarro, abandonó este domicilio tras de hablar con el alcalde de Poio, Ángel Moldes, instantes después de que un grupo de personas entrasen en la propiedad con la intención de desalojarla.

Los okupas, un hombre y una mujer de unos cincuenta años de edad, habían entrado en el piso el pasado viernes tras forzar la puerta de entrada. Una vez en el interior del inmueble cambiaron las cerraduras de las puertas y conectaron el suministro eléctrico, circunstancia que alertó al vecindario al ver la luz encendida en esta propiedad a la venta. El sábado a primera hora notificaron la incidencia ante la Policía Local de Poio.

La noticia de la ocupación ilegal corrió como la pólvora entre los vecinos generando una preocupación que cristalizó este martes, a las cinco de la tarde, en una convocatoria de protesta ante la casa usurpada a la que asistieron un centenar de personas.

Los okupas no tenían intención de abandonar la casa    PontevedraViva

También acudieron varias patrullas de la Guardia civil y un representante de la SAREB, el banco propietario del inmueble, con un vigilante de seguridad.

Los dos ocupantes de la vivienda respondieron a los vecinos que no tenían intención de abandonar la casa y se vivieron algunos momentos de tensión con gritos, abucheos y algún insulto cuando la pareja se asomaba a la ventana. Alrededor de una hora se prolongó esta situación.

El alcalde de Poio, Ángel Moldes, se presentó en el lugar y pidió hablar con los okupas, a lo que estos accedieron. Al entrar el regidor en el edificio quedó la puerta abierta y detrás de él pasaron un grupo numeroso de vecinos.

Moldes hizo ver a los okupas que la presión vecinal podría desenvocar en algún episodio de violencia, convenciendo a la pareja para que desistiese en su actitud. La única condición que estos pusieron para abandonar el piso era que les pagasen un taxi para poder marcharse seguros hasta la estación de autobuses de Pontevedra.

Tras marcharse los okupas, unos cerrajeros cambiaron la puerta, instalaron una alarma y se quedó haciendo guardia el vigilante de seguridad mientras los vecinos regresaban a sus casas.

Protesta vecinal en Combarro ante una casa okupadaPontevedraViva