Salieron de Siria huyendo de la interminable guerra y ante el reclutamiento obligatorio al que estaban abocados la mayoría y se refugiaron en el buque Lady Boss en el que durante los últimos tres meses han realizado una ruta marítima que les ha llegado a Turquía, Guinea Bissau y España. Esta semana atracaron en el puerto de Marín y, ante el inminente regreso a su país, decidieron pedir el asilo que les evite volver a la devastación.
El Gobierno admitió a trámite la solicitud y ya pueden abandonar el barco, pero han decidido no hacerlo. Se quedarán a bordo hasta que les paguen los tres meses de salario que les deben.
Funcionarios de Extranjería de la Policía Nacional acudieron a las 11.30 horas de este viernes al puerto de Marín para entregar a los siete ciudadanos sirios la 'tarjeta roja' que les autoriza a trabajar y residir en España de forma temporal, mientras se resuelve su expediente y se decide si se le concede o no el Estatuto de Refugiado. La entrega se formalizó, pero en el momento en el que se le comunicó que la ONG Accem estaba allí para ofrecerles ayuda y podían abandonar el barco, se negaron.
La explicación la aportó Luz Baz, inspectora de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF). Los siete, junto al resto de la tripulación, llevan embarcados tres meses en los que han realizado en el buque distintas funciones y, desde septiembre, no han cobrado su salario. Tras las gestiones de ITF, el armador del barco ha realizado una transferencia a un banco de Marín que cubre al menos para el salario de los siete demandantes de asilo, pero el problema es que ese dinero no podrá entregársele físicamente hasta el próximo lunes por un "trámite bancario".
Ellos, "por su experiencia desconfían de que vaya a ser cierto", de modo que "hasta que reciban físicamente el dinero, no se quieren ir". Según Luz Vaz, con la noticia de la admisión a trámite del asilo "ellos están más tranquilos", pero la tranquilidad no les impide mantener la desconfianza y están convencidos de que si abandonan el barco, el dinero ya no llegará a ellos.
Los ciudadanos búlgaros que llegaron a Marín en el Lady Boss ya abandonaron el barco y, cuando estos siete demandantes de asilo se vayan, tan sólo quedarán los ciudadanos sirios que optaron por seguir trabajando, de modo que la empresa armadora ha tenido que buscar trabajadores a todo prisa para poder irse de Marín y seguir su ruta hacia Cartagena y, después Turquía. Ya los han conseguido, pero ahora no podrán irse hasta el lunes. El buque, mientras tanto, ha cambiado de muelle dentro de las instalaciones portuarias.
Este viernes también acudieron el puerto de Marín tres trabajadoras y un usuario de la ONG Accem que ejerce de intérprete. Según explicó una de las técnicas, Cristina Ucieda, llegaron para ofrecerles entrar en el programa de acogida que financia el Ministerio de Empleo y Seguridad Social y que realizan en España tres asociaciones, en Galicia solo ellos.
El Ministerio de Interior lleva su solicitud de asilo, pero Accem le ofrecerá, en paralelo, apoyo durante los seis meses que tienen una autorización temporal para poder residir en España y durante el tiempo necesario para que su solicitud siga adelante. La tarjeta roja se irá renovando cada seis meses mientras esperan su Estatuto de Refugiado o su denegación y les ofrecerán alojamiento, manutención, asistencia sanitaria y apoyo a nivel jurídico, psicológico o laboral.
La asociación tiene su sede en A Coruña, pero no necesariamente se quedarán aquí, sino que pueden ser derivados a cualquier localidad de España en la que haya plazas en acogida.