A un mes del segundo aniversario del brutal crimen que el 31 de julio de 2015 conmocionó por su crueldad a toda España desde Moraña, ha llegado el momento de que se imparta justicia. David Oubel Renedo se sentará a partir de este martes 4 de julio en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Pontevedra como único procesado por el doble parricidio de sus hijas Amaia (4 años) y Candela (9) y un tribunal popular decidirá si es culpable de sus asesinatos o no.
Será el juicio de año en la Audiencia pontevedresa, tanto por la gravedad y crueldad de los hechos que se juzgan como por el interés social y mediático que ha despertado. Hasta 25 medios de comunicación diferentes están acreditados para cubrir el juicio, que se celebrará en la habitual sala de vistas de los jurados en el edificio judicial de la calle Rosalía de Castro entre fuertes medidas de seguridad.
Será el juicio de año en la Audiencia, por la gravedad y crueldad de los hechos y el interés social y mediático que ha despertado
El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha establecido unas estrictas normas de cobertura para garantizar que el juicio se desarrolle con normalidad y la cantidad de medios acreditados y profesionales que sigan la vista oral no afecten en absoluto al correcto discurrir de las sesiones. Además, se han dado órdenes específicas de que se respete la intimidad de los medios del jurado que juzgará a Oubel y que sus imágenes no se difundan a través de ningún medio.
La selección de los nueve miembros del tribunal -y de los dos suplentes- comenzará este martes 4 de julio a las 10.00 horas. Tras esa elección, que se prevé complicada dada la complejidad y gravedad del crimen a juzgar, comenzará la vista oral.
El juicio en sí arrancará con la declarción del acusado, si bien una de las grandes incógnitas con las que comienza este juicio es la de saber si Oubel hablará o no ante el tribunal. Desde su detención el propio día del crimen y durante toda la instrucción judicial de esta causa ha optado por guardar silencio y hasta ahora nunca ha dado su versión de lo ocurrido. Este martes podría adoptar la misma estrategia judicial o responder únicamente a su abogado defensor, un letrado del turno de oficio al que le han asignado el caso.
Una de las grandes incógnitas con las que comienza el juicio es la de saber si Oubel hablará o guardará silencio como hasta ahora
Para este martes también están citados los 13 testigos citados para el juicio, de los que seis son agentes de la Guardia Civil que investigaron el doble crimen. Para el miércoles 5 están previstas las pruebas periciales, con el paso por la sala de vistas de 15 especialistas, y las partes personadas en la causa podrán emitir sus informes. El jueves 6, según las previsiones, el jurado empezaría a deliberar.
David Oubel, en prisión provisional desde 1 de agosto de 2015, está acusado de dos delitos de asesinato con alevosía agravados por el hecho de que las víctimas son menores, tal y como sostienen la Fiscalía y la acusación particular. Las acusaciones consideran que en su caso concurre la circunstancia agravante de parentesco y piden que sea condenado a la pena de prisión permanente revisable, convirtiéndolo en el primer caso en España el que se aplicaría esta condena recogida en la última reforma del Código Penal. No ha trascendido la petición que hace su defensa, pero sí que alegará trastorno mental transitorio.
Piden que sea el primer español condenado a la pena de prisión permanente revisable
El escrito de acusación del fiscal sostiene que mató a Amaia y Candela con crueldad utilizando una radial y antes de hacerlo las drogó "con la finalidad de evitar cualquier posibilidad de defensa o de huida de las menores". En concreto, les hizo ingerir un cóctel de medicamentos a base de benzodiazepinas y relajantes musculares "nordiazepam, oxazepam y tizanidina" para "adormecerlas o al menos lograr que estuviesen con un nivel bajo de conciencia". Actuó, según el fiscal, "con evidente ánimo de acabar con su vida" y cuando ambas estaban en sus respectivas habitaciones.
El fiscal pide que se le aplique la prisión permanente revisable y también que se le impongan la prohibición de aproximarse a su exmujer y madre de las fallecidas o comunicarse con ella por cualquier medio -verbal, escrito, postal, telefónico, telegráfico, telemático o informático- durante 30 años. También pide que sea condenado a indemnizarla con 245.000 euros.