El 18 de agosto de 2010 Sonia Iglesias Eirín debía incorporarse a su trabajo como encargada en la tienda de ropa Massimo Dutti después de sus vacaciones de verano, pero nunca llegó. Desde entonces, no se la ha vuelto a ver. Las últimas noticias que se tienen de ella es que esa mañana desayunó en una cafetería del Campo da Torre en compañía de su entonces pareja, Julio Araújo, luego ambos acudieron a un zapatero de la calle José Malvar para dejar a arreglar dos pares de zapatos y se le vio por última vez paseando por la calle Oliva. De ese día se cumplen este lunes cuatro años.
La familia Iglesias Eirín ha convocado para este viernes 22 de agosto un nuevo acto en recuerdo a la desaparecidabajo el lema 'Todos somos Sonia'. A las 21.30 horas citan a las personas que quieran mantener vivo el recuerdo de Sonia Iglesias en la plaza de A Ferrería y a las 22.00 horas comenzará un recorrido por el centro de la ciudad.
Llega este cuarto aniversario sin noticias y con el caso al borde del archivo, después de que el Juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra determinase el archivo provisional de la causa. Tanto la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Pontevedra como la familia de la pontevedresa han recurrido esa decisión y piden que se practiquen nuevas diligencias, someter al que hasta ahora era único imputado, Julio Araújo, a una prueba neurológica, el conocido como 'test de la verdad'.
En este cuarto aniversario la familia de Sonia Iglesias ha perdido práticamente la esperanza de que aparezca con vida y, de hecho, ya han decidido que empezarán los trámites para iniciar la declaración de ausencia de la desaparecida. También barajan pedir la custodia del hijo de Sonia, que tenía 9 años cuando se perdió el rastro de su madre, de 38 años.
La familia sostiene que Julio Araújo, que tiene la custodia del menor, no es la persona adecuada para criale y educarle. Además, asegura que en el momento de la desaparición la pareja tenía malas relaciones, estaba en trámites de separación y Sonia Iglesias incluso tenía fecha para romper la convivencia y había empezado una relación incipiente. Este extremo no ha podido ser verificado al 100% por los investigadores y Julio Araújo lo niega.
Julio Araújo ha sido hasta ahora el único imputado por este caso, pero el archivo provisional de las diligencias supone, por lo tanto, que deje de estar imputado. A efectos de la investigación, fue la última persona en verla antes de su ausencia, pero la jueza especializada en Violencia sobre la Mujer no encuentra pruebas que confirmen su implicación en su desaparición.