El condenado por matar a Jéssica Méndez alega ante el TSXG que "lo más probable" es que se "quedase dormido" al volante

Pontevedra
13 de enero 2025
Actualizada: 16:09

La Fiscalía y la acusación particular, que han calificado como una "cacería absoluta" la actitud de Eirín hacia la joven, han defendido que no hay motivos para cambiar la condena de 22 años de cárcel

José Eirín, acusado por el crimen de Jéssica en Barro, a su salida de la Audiencia Mónica Patxot

La muerte en 2022 de Jéssica Méndez en Barro fue un asesinato, ejecutado con premeditación por José Carlos Eirín, un hombre que estaba obsesionado con ella.

Embistió su coche de forma intencionada contra el de la víctima, de 29 años, que estaba parada en un cruce. Así lo determinó en su día la Audiencia de Pontevedra.

Fue condenado, en consonancia con el veredicto del jurado, a 22 años de cárcel por asesinato.

Pero ahora, ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, ha solicitado su absolución.

Lo ha hecho en una vista de apelación que, tras haber sido suspendida el pasado mes de noviembre, se ha celebrado este lunes en A Coruña.

Vista de apelación en el TSXG por el crimen machista de Barro   Tribunal Superior de Xustiza de Galicia

Allí, acompañado de su abogado, José Carlos Eirín ha alegado ante el alto tribunal gallego que "lo más probable" es que ese día se "quedase dormido" al volante de su vehículo porque "no vi el coche hasta el momento del impacto".

Además, ha sostenido que "en todo momento" colaboró con la Guardia Civil en su investigación "y después en el juzgado".

Su defensa ha planteado la absolución o bien la nulidad de la sentencia de la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra, que lo declaró culpable de acuerdo con el veredicto del jurado.

"No hay ánimo de matar", ha dicho el abogado, quien ha afirmado que hubo "indefensión" porque no se le permitió a su cliente declarar al final del juicio.

El letrado ha subrayado también que los mensajes en el móvil de la víctima evidencian que no tenía "ninguna situación de vigilancia" por parte de su cliente. 

Tanto la Fiscalía como la acusación particular, que han calificado como una "cacería absoluta" la actitud de Eirín hacia la joven, han defendido que no hay motivos para cambiar la condena, por lo que solicitan que se mantenga la pena de 22 años de prisión.