Cuatro meses de prisión, 40 jornadas de trabajos en beneficio de la comunidad, privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante 1 año y 8 meses y ocho meses de alejamiento y prohibición de comunicación con su ex mujer.
Es la condena que debe cumplir un hombre que tenía una orden de alejamiento previa que le impedía acercarse a su ex mujer y, pese a ello, acudió a su casa en la ciudad de Pontevedra en actitud agresiva y la amenazó con un cuchillo.
El hombre, sin embargo, no tendrá que entrar en prisión por estos hechos, pues el juzgado le suspendió la pena siempre y cuando no delinca durante dos años.
La condena la impuso el Juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra, pero su víctima recurrió al estar en desacuerdo con la suspensión de la pena de prisión, entendiendo que sí debería estar privado de libertad durante esos cuatro meses.
Sin embargo, la Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de confirmar toda la sentencia, desestimando la petición de la víctima y reafirmando que el hombre no tiene que entrar en la cárcel.
En octubre de 2022, un juzgado le había impuesto a él, como medida cautelar, la prohibición de aproximarse a su pareja, su domicilio, lugar de trabajo y cualquier lugar en que se encontrase y comunicarse por cualquier medio con ella.
Pese a esas medidas, en septiembre de 2024, el hombre acudió al domicilio de su ex mujer, con la que había mantenido una relación de pareja durante once años.
Le reclamaba que le devolviese sus pertenencias y estaba "en estado de gran agresividad", según las dos sentencias.
Comenzó a revolver los armarios de su ex y, mientras ella intentaba llamar a la policía, "con intención de amedrentar", cogió un cuchillo de cocina de 14 centímetros de hoja y lo blandió contra ella, causando en la mujer "el natural temor y desasosiego".
Por estos hechos, fue condenado por un delito de quebrantamiento de medida cautelar y por otro de amenazas leves.