En apenas cinco días, Campo Lameiro se quedará sin servicios bancarios. Abanca cerrará su oficina en el municipio, pero el vecindario no pierde la esperanza de que la entidad rectifique.
Así, como medida de presión, docenas de personas colapsaron este viernes la oficina bancaria para presentar de manera individual hojas de reclamación para protestar contra lo cierre.
Asesorados por miembros de la corporación, los vecinos fueron llenando las hojas de reclamación de manera individual aportando sus quejas y protestas por la supresión de un servicios que consideran esencial como clientes del banco y como vecinos de Campo Lameiro.
Con la intención de dejar operativa la oficina y permitir que la gente mayor que se acercaba al banco pudieran cobrar el dinero de sus pensiones, los empleados acordaron realizar la recogida de las hojas de reclamación de manera paralela, en el exterior de la sucursal.
De este modo fueron entregando por turnos las numerosas hojas de reclamación, que se iban recogiendo de una manera ordenada y que fueron recepcionadas por los responsables de la sucursal para su tramitación interna en los servicios de atención al cliente que posee el propio banco.
Entre las alegaciones que esgrimen los vecinos en sus escritos que incluyen en las hojas de reclamación se refieren a que el cierre de la sucursal privará al vecindario del rural de este ayuntamiento del acceso a un servicio esencial, fundamental para la fijación de población.
También aseguran que no disponen de transporte público con las poblaciones más próximas donde hay oficinas bancarias (Pontevedra, Moraña o Cerdedo) lo que implicará el uso del taxi con el correspondiente perjuicio económico colateral que esto supone.
De no ser atendidas sus demandas trasladarán sus quejas al Banco de España.