Un total de 58 parejas escogieron el Concello de Vilagarcía para oficializar su matrimonio al largo de 2024. La cifra es inferior a la del año pasado, con 70 casamientos, y se queda lejos del récord desde que hay registros, el 2022, con 79.
En esta ocasión, quien más oficios dirigió fue el alcalde, con 19, seguido de Álvaro Carou (15).
Del grupo de gobierno también presidieron las ceremonias Paola María (6), Sonia Outón (5), Lino Mouriño (4), Diego García (2) y Tania García (1).
En los grupos de la oposición destacaron Ana Granja (3), Raúl Santamaría (1) y Elena Suárez (1), los tres del Partido Popular, y Rosa Abuín (1), del BNG. El portavoz de IU no ofició ninguna.
Como viene siendo habitual, todos los meses acogieron alguna boda, pero el grueso se concentra en verano. Con las celebradas este año, la cifra se acerca a los 1.200 desde que se legalizó esta práctica, en 1995.
Desde 2007, los contrayentes deben pagar una tasa -que se mantiene sin cambios desde 2015- por importe de 78,05 euros.
Las bodas pueden celebrarse de dos formas. Una, como un acto puramente administrativo, en horarios de oficina y en la Alcaldía, para dar formalidad a los documentos de la unión.
Y otra, de carácter ceremonial. En este caso, lo habitual es que el acto se desarrolle en el salón noble, del siglo XIX, y las escaleras se decoran con una alfombra roja.
El horario puede ser por la tarde en los días de semana o en sábados, domingos y festivos, abriendo la casa consistorial ex profeso, y de ahí el cobro de la tasa. En algunos casos, son los ediles los que se desplazan al lugar del banquete para oficiar allí incluso la ceremonia del matrimonio civil.
Por ley, es el alcalde quien tiene la competencia sobre estos actos de derecho civil.
Sin embargo, puede delegar en otros concejales, como así ocurre, bien por motivos de agenda, bien porque, como suele suceder, son los contrayentes los que solicitan que sea un concejal o concejala determinados, normalmente por motivos de amistad o conocimiento.