El convento de clausura de Santa Clara ha cerrado. Las tres monjas que permanecían en las instalaciones religiosas en los últimos tiempos se trasladaron en las últimas horas a Santiago de Compostela y el recinto quedó oficialmente sin actividad.
Las monjas que permanecían en el convento, dos de ellas de edad muy avanzada, pertenecen a la Orden de Santa Clara o de las Hermanas Pobres de Santa Clara, las comunmente conocidas como clarisas, y a partir de ahora se integran en la comunidad del convento de Santa Clara de la calle San Roque de Santiago de Compostela.
Este cierre supone cerrar las puertas del convento y de más de siete siglos de historia de Pontevedra, pues el convento data del siglo XIII. Era uno de los recintos religiosos más conocidos de la ciudad, al ser cita tradicional para todas las parejas que se querían casar y acudían a entregarle huevos a las religiosas y a pedirle buen tiempo para el día de la boda.
La noticia del cierre, avanzada en la tarde de este lunes por Radio Pontevedra, era ya temida desde hace un tiempo, pues la comunidad de religiosas había menguado en los últimos años y, de hecho, de las tres monjas que seguían en el él, tan sólo dos eran del propio convento y una había llegado de apoyo desde Santiago dada la edad avanzada de sus dos compañeras.
Fuentes próximas a la orden religiosa indicaron que en la tarde de este lunes las dos monjas de mayor edad, Sor Purificación y Sor Sagrario, y la monja que lleva un tiempo desplazada desde Santiago para ayudarlas, Sor Manuela, hicieron la mudanza principal. Una vez finalizada, las dos religiosas octogenarias se desplazaron a la capital gallega. La tercera quedó y en la mañana de este lunes siguió con el traslado con la ayuda de otra religiosa desplazada para la ocasión.
Las mismas fuentes señalaron que las monjas están llevando para el covento de Santa Clara de Santiago los objetos de mayor valor que había en el recinto religioso, que ahora quedará sin ninguna actividad. El que queda por fijar es cuál será el uso del recinto, que no es propiedad del Arzobispado de Santiago, sino de la Orden religiosa.
De momento, en todo el recinto de Santa Clara sólo quedará actividad en el bajo dedicado a la misión diocesana, que sí gestiona el Arzobispado. Este mismo martes, era el único punto del convento en el que seguía viéndose actividad y la puerta estaba abierta, pues las monjas mismo usaban esa entrada para ir y venir con su mudanza.