El Entroido pontevedrés acoge fuera del "programa oficial" un singular evento que tiene como protagonistas a cientos de adolescentes que se enfrentan entre sí por las calles de la ciudad lanzándose huevos y harina.
Esta práctica se puso de moda en los últimos años durante la celebración del Carnaval sin encontrar resistencia en las autoridades y con el visto bueno de las familias, aunque numerosos ciudadanos han trasladado su malestar por lo que consideran que es un aspecto muy negativo de la fiesta, por lo que supone de despilfarro de alimentos y los "daños colaterales" que alcanzan a quienes se interponen en medio de semejante "guerra urbana".
También entre los adultos hay defensores de este fenómeno que se vincula al espíritu más genuino de un carnaval desregularizado, estableciendo vínculos sociológicos con las enfariñadas, enlamadas o incluso con el lanzamiento de las hormigas rojas de Laza.
Esta celebración juvenil cada año que pasa va ganando más parcipantes y las 'quedadas' para lanzarse huevos y harina se multiplican merced a las redes sociales.
Esta práctica no es, ni mucho menos, exclusiva de la ciudad de Pontevedra ya que se repite a lo largo y ancho de toda la geografía española. Incluso algunos ayuntamientos han dictado bandos al respecto prohibiendo a los chavales que pringuen las calles, fachadas y mobiliario urbano con el lanzamiento de huevos, con amenaza de sanción.