La magia del arte se ha apoderado de la calle Michelena en Pontevedra, donde un singular trío se ha convertido en el alma del lugar.
El pintor autodidacta Celso Varela, su mujer y ayudante Ángeles Rodríguez, y la modelo Osiris Vargas atraen las miradas de transeúntes y curiosos.
Con más de 60 cuadros realizados en los rincones más emblemáticos de Pontevedra, el pintor natural de Portas (Briallos, 1952) cuenta que su carrera ha dado un giro en el último tiempo.
"Ya estuve todo el año pasado pintando en la calle. Este verano ya había pintado todos los rincones de la ciudad que a mí y a todo el mundo le gusta", explica.
Una vez finalizados los paisajes urbanos, ahora ha decidido cambiar de enfoque y buscar en la gente que pasea por la ciudad las caras que puedan dar vida a sus próximos cuadros.
"Es una experiencia muy gratificante poder interactuar con la gente mientras pinto. Me gusta la sensación de ser visto y de ver a los espectadores reaccionar a mi trabajo", señala Varela.
Su actividad al aire libre le hizo conocer a Wladimir Dragosan, a quien ya le une una amistad y quien protagonizó su primer retrato.
Ahora, su modelo en Pontevedra es Osiris, a quien conoció casi por casualidad. "Vi a esta chica delante de mí un día y me llamó la atención por sus rasgos exóticos. Desde entonces, he pintado tres cuadros de ella y ya somos amigos", añade el artista.
Cada vez que las lluvias de otoño den una tregua, Celso Varela saldrá con sus bártulos a la calle, desde su estudio situado en el entorno de las Palmeras.
Al hablar de sus lugares favoritos para pintar, menciona con entusiasmo los jardines de Casto Sampedro, "porque aquí tienes una vista que no hay desperdicio: la Ferrería, San Francisco, los jardines…", reconoce.
Su mujer y cómplice, Ángeles, juega un rol fundamental en su proceso creativo. "Ella es mi pulmón. Se encarga de todo lo práctico y yo, por mi parte, me dedico a la pintura", confiesa el artista, quien recuerda con cariño cómo se conocieron a los 18 años en una playa.
"Luego yo seguí mi rumbo equivocado, como dice la canción de Juan Pardo, pero siempre estuvimos en contacto, y con el tiempo, hace más de 30 años, me di cuenta que es la persona que me entiende a mí y la mejor compañera", admite emocionado.
Estas semanas compaginará trabajo entre Pontevedra y Vigo hasta rematar las dos obras que le ocupan en este momento.
Es el mencionado retrato de Osiris y el de Leire, modelo que ha pintado en su estudio y que, al residir ahora en la ciudad olívica, ha decidido retratar al aire libre con la calle Príncipe de fondo.