La decisión de Abanca de cerrar su oficina en Campo Lameiro es "irrevocable". Así se lo han asegurado los responsables del banco al alcalde en una reunión celebrada en el consistorio.
La entidad solo contempla, como medida alternativa, dejar operativo un "cajero inteligente" para atender las demandas de sus clientes en el municipio.
Pero para la corporación municipal esa opción "no es operativa" y aseguran estar "muy decepcionados" por la postura del banco. Las alternativas que barajan son, para Campo Lameiro, "poco realistas" y no permitirán dar una respuesta "satisfactoria y eficaz".
Los portavoces municipales han coincidido en considerar "inasumibles e insuficientes" estas medidas alternativas y reclamaron con contundencia el mantenimiento de la sucursal, aunque sea con personal compartido con otra oficina próxima.
Eso sí, Abanca, a petición del alcalde, se comprometió a estudiar la posibilidad de habilitar una "unidad móvil" en forma de microbús que se desplace algún día al mes a Campo Lameiro, especialmente para atender a las personas mayores y comerciantes.
Tras esta reunión, los tres grupos políticos con representación en la corporación han dedidido "seguir nuestra hoja de ruta en defensa de los intereses y de los derechos de nuestros vecinos".
De ahí que se mantenga la manifestación prevista para este viernes 27 de agosto a las 20:30 horas y las distintas acciones de protesta y movilización.
Además, si el 8 de septiembre Abanca materializa el cierre, nombrarán "persona no grata" a Juan Carlos Escotet, al considerarlo como el "principal responsable" de este "atentado contra Campo Lameiro" y protagonista de una "clara muestra de la deslealtad" con su clientela "a la que pidió confianza para que no retiráramos nuestros depósitos cuando se hizo cargo de la entidad".