Un total de 700 kilos de compost. Es lo que se acaba de extraer del compostero comunitario de Barro, situado en las inmediaciones del Concello. Fue repartido entre los vecinos y se reservó parte de ellos para fertilizar un jardín en la escuela infantil que se quiere convertir en huerta.
En el acto de entrega estuvieron la diputada Eva Vilaverde y el alcalde Xose Manuel Fernández Abraldes, que destacaron la importante colaboración y concienciación vecinal a la hora de separar los residuos orgánicos que después se tratan en el compostero, porque "todo está funcionando perfectamente".
Tres maestros composteros fueron los encargados de revolver el producto resultante de tratar unas 3,6 toneladas de residuos orgánicos, aportados entre septiembre y noviembre por los vecinos de Barro.
En esos meses la materia orgánica que los ciudadanos dejaron en el compostero fue pasando el proceso para convertirse en compost, pasando una primera fase de descomposición y después de maduración hasta llegar al resultado final. A partir de ahora, el compostero irá produciendo mensualmente una partida.
Una vez extraido el compost y guardado en sacas y bolsas se repartió entre los vecinos que lo solicitaron. Además, otra parte será utilizado, según explicó Abraldes, en los jardines municipales y, si la producción lo permite y hay compradores interesados, se estudiará la posibilidad de su venta.
El alcalde subrayó que el Concello de Barro, de cara al futuro, pretende ampliar el compostaje tanto con nuevos centros de compostaje comunitario -en otras ubicacións en función del interés y demanda-, y también con composteros individuales para aquellos vecinos que tengan huerta propia y que, por tanto, pueden hacer compostaje en su propia casa.