La Batalla de flores es un clásico del verano pontevedrés y uno de los espectáculos que más ilusión genera entre los niños, que aplauden y celebran el paso de las carrozas por las calles de la ciudad, al tiempo que juegan con los cientos de miles de papeluchos que vuelan por los aires.
Este año, la Batalla de Flores contó con un recorrido más largo, pasando por las calles Loureiro Crespo, Benito Corbal, Cobián Roffignac y Padre Amoedo.
Participaron los tradicionales Gigantes y cabezudos asustando a los más pequeños y suscitando recuerdos a los más mayores. A continuación desfilaron enormes flores y avestruces montadas por jinetes que dirigían a las aves hacia el público.
La carroza de losPokemon fue la primera en llenar de confeti las calles lanzado por niños con gorro de Pikachu. Los más fanáticos reconocían admirados las enormes figuras de Mewtwo y de Charizard.
La música de las agrupaciones folclóricas se mezclaba con las risas que provocaban los payasos con sus balones justo antes de llegar la carroza de los Trolls que desfiló seguida de elefantes, jirafas, cebras o hipopótamos... todos ellos hinchables y de la carroza de Gerónimo Stilton y sus amigos o la de Super Mario.
Construidos con miles de globos desfilaron una piñata, enormes dragones y cocodrilos y varios Minions que parecían escapar de unos gigantes hippies muy psicodélicos.
Micky, Minnie y Pluto recorrían las calles en otra carroza y como no también hubo malabaristas, acróbatas, zancudos, equilibristas... y la carroza de ‘Raya, el último dragón’ y los artistas de "Máis cantos".