Rajoy llevaba 45 minutos de paseo por Pontevedra, estaba relajado y se hacía selfies con todos los ciudadanos que se le acercaban, cuando llegó un joven que fingía querer una foto y le dio un puñetazo. Luego fue reducido por los escoltas, detenido por la Policía Nacional y traslado a la Comisaría, mientras el presidente del Gobierno, con la cara roja, se dirigió escoltado al Hotel Rías Bajas y su coche con dirección a un mitin en A Coruña. Así fue todo.