El Juzgado de Instrucción número 3 de Pontevedra ha vuelto a archivar provisionalmente la causa judicial que mantenía abierta desde el pasado año 2017 para investigar la desaparición de Sonia Iglesias.
Fuentes próximas al caso han confirmado a PontevedraViva que el juzgado comunicó este mismo jueves el archivo de la causa en un auto en el que indica que las diligencias policiales y judiciales realizadas en los últimos meses, tras la reapertura de la causa hace casi un año, non han arrojado resultados que justifiquen mantener el proceso judicial.
El auto de archivo es muy genérico y apenas entra en detalles sobre las causas de la reapertura y nuevo sobreseimiento, pero sí da alguna pista sobre lo que se buscaba el pasado mes de febrero cuando, de forma sorpresiva, se autorizó un registro judicial en una casa propiedad de la familia de Julio Araújo -ex pareja de Sonia- en el barrio de San Mauro. El objetivo era buscar restos humanos, tal y como ya se había barajado en su día.
El registro realizado por una treintena de agentes entre efectivos de distintas unidades de la propia Comisaría de Pontevedra -de seguridad ciudadana y de la Policía Científica- y otros desplazados desde la Jefatura Superior de Policía de Galicia y de la Comisaría General de la Policía Científica de Madrid permitió recoger múltiples pruebas que se han analizado durante los últimos meses, tanto in situ en el laboratorio policial móvil que estuvo durante dos días en San Mauro como posteriormente en la propia Comisaría pontevedresa y en dependencias policiales en Madrid.
El análisis de esas pruebas permitió localizar algún perfil genético en los restos recabados, pero el auto de archivo concluye que se trata de perfiles indeterminados, que no llevaron a los investigadores a ningún sospechoso ni tampoco permitieron encontrar vestigios de que Sonia Iglesias estuviese en la vivienda.
La vivienda fue, durante una temporada, lugar de residencia de la propia Sonia, en los inicios de su relación con Julio Araújo, pues era de propiedad de la familia de él. Una hipótesis policial apunta a que la joven estuvo en ella tras su desaparición en agosto de 2010, pero este extremo no ha podido confirmarse a pesar del concienciudo registro realizado por los investigadores tanto en la casa como en la finca trasera y en un terreno que separa la construcción -ahora deshabitada y en venta- y la capilla de San Mauro.
En febrero, tras ese registro y otro realizado en un coche de un familiar del hermano de Julio, David Araújo, abandonado en un taller de Vilalonga (Sanxenxo), fueron citados a declarar en la Comisaría en calidad de investigados los hermanos Araújo. Tras esa declaración en sede policial no fueron llamados a declarar en el juzgado y no llegaron a estar investigados judicialmente.
Julio Araújo sí estuvo investigado judicialmente hasta el primer archivo de la causa en 2015, pero con el archivo dejó de estarlo. En esta nueva fase de las investigaciones, no llegaron a citarle en esta condición y tan sólo fue sometido a un interrogatorio en la Comisaría. Tanto él como su hermano se acogieron a su derecho a no declarar.
Tras esas declaraciones y los dos días de registro en San Amaro y Vilalonga, el juzgado autorizó otras diligencias policiales, pero no han trascendido detalles de las mismas, pues todo se ha realizado bajo secreto de sumario.
El juzgado ha archivado la causa, pero mantiene en vigor el secreto decretado sobre las actuaciones desde la reapertura de la causa. Tras abrirse en 2010 con la desaparición de Sonia Iglesias, se había archivado en abril de 2015 y reabierto poco más de dos años después. Ahora, vuelve a sobreseerse.