Antonio Maestre, actual subdirector del periódico La Marea, se presenta en su cuenta de Twitter como periodista y escritor, colaborador en El diario, La Sexta y Radio Euskadi, además de autor de dos obras de referencia para entender cómo se ha construido el actual escenario político, económico y social en una España oscurecida por las sombras del franquismo.
Franquismo S.A. (2019) e Infames. El retroceso de España (2020) surgen fruto de muchos años de investigación. El primer libro ofrece las claves de cómo las corruptelas económicas que se inician durante la dictadura franquista perviven en nuestros días.
Ese es también el argumentario de la charla titulada "El capital y la represión: Franquismo S.A." con la que abre las ponencias de las III Jornadas Contra la Impunidad, que organiza el departamento de Memoria Histórica de la Deputación de Pontevedra. Recién llegado a la ciudad, atiende a la llamada de PontevedraViva.
- Antonio Maestre, venimos del 20N, el aniversario de la muerte de Franco, ¿hay motivos para preocuparse?
El mayor motivo para preocuparse es la instauración en el Congreso de 52 diputados que consideran que el Régimen franquista fue legítimo, válido y que sus usos y costumbres pueden perdurar en democracia, ese es el mayor peligro. Y que además es bastante evidente que pudiera llegar a tener responsabilidad de gobierno si suma junto con el Partido Popular, porque el PP ya ha dejado muchas veces claro que no tendría ningún problema en gobernar con sus votos, e incluso, como dijo en su momento Pablo Casado antes de las anteriores elecciones, incluirles en un ministerio.
Por lo tanto, hay 52 diputados de usos y costumbres filofranquistas, así que sí creo que hay motivos para preocuparse.
- ¿Siguen entonces entre nosotros los herederos del franquismo?
Siempre han estado entre nosotros. Lo que pasa es que durante muchísimo tiempo no habían visto en peligro sus privilegios, su estatus. Y la aparición de Vox supuso el hecho de considerar que se estaba poniendo en riesgo cierta idea de España que se había mantenido intacta desde la Transición, porque no se pusieron en contradicción los términos que emanaron de la Transición y que habían dejado bastante a salvo ciertos privilegios, sobre todo económicos. Por eso apareció esa excrecencia que era Vox. Pero antiguamente los franquistas siempre han estado, no han aparecido con Vox, simplemente han encontrado con Vox una solución que representa mejor los intereses que hasta ahora habían tenido.
- Dentro de estos modelos de poder, en su libro Franquismo S.A., sobre el que versa su charla, estudia los casos de empresas que hoy cotizan en el IBEX35 y que tuvieron su despegue económico gracias a su cercanía con el Régimen de Franco. ¿Tenemos algún ejemplo en Galicia?
En Galicia, es el caso de la empresa Naturgy, que ahora ha cambiado de nombre y antes era Gas Natural Fenosa, que viene de la unión de Gas Natural y Fenosa, y que son las Eléctricas del Noroeste. Era una empresa gallega de la familia Barrié, en concreto de Pedro Barrié de la Maza, que consiguió bastante poder empresarial después del fusilamiento de otro gallego ilustre: Pepe Miñones, un diputado republicano que tenía una empresa eléctrica, Unión Eléctrica Coruñesa, que fue la encargada de llevar la luz a la Costa da Morte, a lugares como Cee, Malpica, Corcubión o Laxe.
Ese diputado fue fusilado a finales del año 36 en el Campo de la Rata en A Coruña, y tanto Pedro Barrié como Cornide Quiroga, con diferentes movimientos contra la familia de Pepe Miñones, consiguieron hacerse con esta empresa, que era la más pujante en Galicia en aquella época de los años 30. Y al final se quedó con todo el pastel Pedro Barrié de la Maza, que además también posteriormente fue muy conocido en Galicia porque era el que hizo la cuestación popular para lograr las Torres de Meirás para Franco.
- ¿Cuáles fueron los sectores empresariales más beneficiados por esta adhesión al franquismo?
Los dos sectores más importantes fueron la construcción, a través del Patronato de Regiones de las Zonas Devastadas, que sirvió para la reconstrucción de todo el daño que se había causado durante la Guerra Civil, y las empresas hidroeléctricas, por los pantanos.
El ejemplo más importante de hidroeléctrica quizá sea la actual Iberdrola, que nace de la fusión de Hidroeléctrica Española, que era Hidrola, e Iberduero. Sobre todo los Oriol y Urquijo, que era la familia vasca de José María Oriol y Urquijo, fueron los que consiguieron mayores beneficios.
- ¿Qué papel jugó la banca en ese tiempo como pieza clave en la financiación?
La banca siempre gana y siempre tiene que estar ahí. Además había diferentes leyes que hacían que hubiese mucha concentración bancaria. El Banco Bilbao Vizcaya, el Banco Santander o el Banco Central Hispano. En el fondo todos los sectores tuvieron sus ganadores, porque también las petroleras como Cepsa o Campsa fueron muy beneficiadas. Las empresas que tenían mayor volumen de negocio antes de la guerra cambiaron de manera rotunda después de la guerra y se constituyeron otras nuevas empresas que fueron las que después empezaron a tener ese mayor beneficio.
En el fondo tiene que ver con el surgimiento de un capitalismo español específico tras la victoria fascista del año 39, en la que cambió todo el orden empresarial. Todos los que habían apoyado a Franco tuvieron la oportunidad de progresar.
- Las empresas que ha ido mencionando se estructuran en sagas familiares que llegan hasta nuestros días. ¿Están perpetuando las corruptelas del franquismo?
Completamente. Ha salido hace poco la lista de los más ricos de la revista Forbes en España y ahí están las familias Entrecanales, March, Botín, Oriol o la familia Daurella, la embotelladora de Coca-Cola, que también tuvo su importancia. Todas esas familias y sus hijos están representados porque la herencia fue muy cuantiosa.
Hay algunos ejemplos que aparecen en la lista y que no estuvieron relacionados con el franquismo, como el caso de Amancio Ortega, pero es de los pocos. La mayoría de los 100 más ricos tienen su origen en fortunas labradas durante el franquismo.
- Un denominador común en las empresas que se aprovecharon de esta posición de privilegio durante el franquismo es su interés en blanquear su imagen mediante la filantropía.
No deja de ser una herencia de la caridad que durante muchísimos años las grandes familias del franquismo ejercieron. También por su origen o por sus querencias católicas, pero hay que destacar que sobre todo la ejercían las mujeres. Yo pongo en el libro un ejemplo que es el Rastrillo Nuevo Futuro, que es el que hacía la hija de los Franco y que visitaban todas las mujeres de estas grandes familias.
Ahora la llaman responsabilidad social corporativa, pero si la quieren ejercer, que empiecen indemnizando a las víctimas del franquismo con aquello de lo que sacaron beneficio. Sería una buena manera de ejercer esta filantropía o esta responsabilidad social corporativa.
- Frente a las empresas que se lucraron a partir de la Guerra Civil están las familias arruinadas y expoliadas. ¿Cómo debería ser la reparación de estas víctimas?
La Ley de Memoria Democrática tendría la oportunidad de establecer algún tipo de indemnización o reparación patrimonial a las víctimas, y por ahora lo está intentando evitar. Existe una fórmula que hicieron el Alemania que fue la creación de la Fundación Memoria, Responsabilidad y Futuro, que se encargaba de que todas las empresas que se habían lucrado con víctimas del nazismo de manera voluntaria indemnizaran a las víctimas por el daño que habían causado. Fueron más de 4.000 millones de euros en indemnizaciones. Esa yo creo que sería la fórmula idónea.
- Un primer paso es la visibilización que hace la Deputación de Pontevedra a través de su departamento de Memoria Histórica y la organización de estas Jornadas Contra la Impunidad.
Es algo imprescindible porque en el fondo es reconocer el daño causado a las víctimas y darles verdad, justicia y reparación. En un país en el que la memoria de las víctimas de ETA, con razón, está tan presente de manera constante, es una auténtica indignidad que las víctimas de 40 años de dictadura y de un genocidio de demócratas no tengan una mínima reparación.
Y todo lo que sea avanzar en esa línea yo creo que es imprescindible para que tengamos una democracia sana, porque en el fondo de eso se trata, de que las víctimas o los familiares de las víctimas puedan andar por sus ciudades sin tener que ver simbología de los victimarios de sus familiares. Es algo de higiene democrática, y yo creo que la Diputación de Pontevedra tenga avance en esta línea es imprescindible, y es también importante para dar ejemplo en toda Galicia, que además tiene bastantes casos de loas al fascismo.