El ropero municipal de Poio está de aniversario. Acaba de cumplir su primer año de vida y, haciendo balance, confirma que la población del municipio "funciona muy bien" a la hora de demostrar solidaridad.
Desde la puesta en marcha de esta iniciativa en 2023, se han vivido jornadas "ajetreadas" y, como todos los principios, fueron "duros", pero siempre pudo cumplir con su objetivo. "Nunca estuvimos desabastecidos".
Lo confirma la concejala de Bienestar e Igualdad, Natividad Torres, que gestiona el ropero junto con la educadora familiar, Sheila Ferreira, y agradece la solidaridad vecinal en Poio, pues "hay mucha necesidad; y cada vez más".
Ambas llevan el día a día de esta iniciativa solidaria, que se puso en marcha porque se detectó una necesidad en Poio -"nos lo demandaban mucho"- y en un año ha dado servicio a 40 familias.
Han tramitado más de 80 solicitudes, pues las familias suelen acudir más de una vez al año, "normalmente, con cada cambio de estación", y muchas veces cada familia realiza varias peticiones porque son varios miembros.
Los usuarios habituales son familias con menores a su cargo, desde madres y padres a abuelos y abuelas. "Tenemos una abuela que lleva ropa para 11 nietos", explica Sheila.
El servicioha tenido mucha acogida y notan los resultados. "Venir al ropero supone un gran ahorro para poder dedicar a otras cosas", explica la educadora familiar.
Como ejemplo, Torres señala que hay embarazadas que, antes de dar a luz, acuden y se llevan ropa hasta que el niño tiene tres años, pero también capazos, sillas, cunas... Todos esos gastos previos al nacimiento de un bebé suponen un desembolso de dinero importante que pueden ahorrar y dedicar todos los ingresos al resto de gastos del nuevo miembro de la familia.
La oferta es amplia, tanto de materiales para bebés csomo de prendas para todos los perfiles, desde bebés a adultos de todas las edades, si bien en estos momentos andan escasos de prendas para niños varones de 10 a 16 años.
De niña y de mujer tienen "muchísima" ropa, pues es la que más les llega, pero para varones adultos también van recogiendo suficiente cada estación. La "principal demanda" ahora mismo está pensada para esos niños y adolescentes.
Este proyecto es posible gracias a la solidaridad vecinal. Todas aquellas personas interesadas en donar prendas que ya no utilicen y que se encuentren en buenas condiciones pueden entregarlas en la Casa Rosada y el Pazo Besada en su horario de apertura, de mañana y tarde.
Toda esa ropa luego es objeto de una supervisión por parte de Natividad y Sheila, si bien confirman que "suele estar toda en óptimas condiciones". Ellas las seleccionan, las doblan, las colocan en perchas y las reparten en dos secciones, dos salas diferentes del ropero, una para adulttos y otras para bebés y niños y niñas.
Y ya queda lista para recogerla. Cada martes, previa cita, todas las familias de Poio que se encuentran en una situación económica complicada pueden acudir a la Casa Rosada.
Podrán acudir todas aquellas familias que figuren registradas en los servicios sociales municipales por su especial vulnerabilidad. El único requisito será firmar un compromiso de que esa ropa no se venderá, sino que será para uso personal de sus beneficiarios.