Angrois clama "Justicia" mientras "las heridas siguen sangrando"

Pontevedra
25 de julio 2014

Un año después el tren Alvia que cubre la línea Madrid-Ferrol volvió a pasar por el mismo sitio y a la misma hora. En esta ocasión, un destino trágico no se cruzó en su camino, su paso estuvo acompañado por los aplausos emocionados de cientos de personas, por lágrimas de quienes volvieron a reunirse en la 'zona cero' para homenajear a quienes no sobrevivieron al accidente y dar las gracias a vecinos y servicios de emergencias que ayudaron a las víctimas

Una mujer observa las vías de Angrois durante el acto del primer aniversario del descarrilamiento del Alvia
Una mujer observa las vías de Angrois durante el acto del primer aniversario del descarrilamiento del Alvia / Mónica Patxot

Un grito desgarrado pone fin a dos minutos de silencio. Una voz masculina se impone en medio del homenaje que con el que heridos, familiares, vecinos y servicios de emergencias recuerdan a quienes no sobrevivieron a los golpes del Alvia hace justo un año. "Justicia", clama, recogiendo el sentir de los presentes, varios centenares de presonas que este jueves volvían a Angrois, la 'zona cero' del accidente ferroviario del 24 de julio de 2013, para honrar a los fallecidos, abrazar a sus familiares y a los heridos e intentar darles consuelo en el primer aniversario de la catástrofe, pero también para luchar contra el olvido y compartir la impotencia de no saber el por qué de su tragedia doce meses después.  

"Impotencia, rabia, sufrimiento, abatimiento, dificultad para respirar, eso es lo que sentimos todos porque aquí todos y cada uno de nosotros hemos perdido algo y hemos perdido a alguien", había dicho Carmen Beas unos minutos antes. Esta víctima del Alvia, que viajaba en el tren y en él perdió a su pareja, puso palabras a los sentimientos que un año después se adueñan de víctimas y familiares. El momento se les hizo duro, siguen "aún sin poder asumir una realidad que se nos queda grandes" y este jueves revivieron "recuerdos que amenazan con no irse nunca de nuestras cabezas".

Todos esos recuerdos llevan presentes todo el año, pero se hicieron más persistentes a lo largo de toda la jornada. Todos se apelotonaron en sus mentes cuando a las 20.41 horas el tren Alvia que cubre la línea Madrid-Ferrol volvió a pasar por Angrois. Hacía el mismo recorrido que aquel que el 24 de julio de 2013, justo a la misma hora y en el mismo lugar, descarriló y allí le esperaban, después de la curva de A Grandeira, los aplausos de quienes asistieron al sentido homenaje de aniversario.

Aplausos mezclados con lágrimas y con gratitud. Justo un año antes, en ese mismo momento no sólo descarrilaba un tren, sino que nacía el conocido como 'espíritu de Angrois', con vecinos que saltaban a las vías y, poco después, una marea de servicios de emergencias que, tanto en la propia curva como en los centros sanitarios, ayudaron a los heridos, dieron consuelo a las familias y consiguieron que quienes sobrevivieron a los golpes del Alvia tengan muy presente la película que se estaba proyectando en las cabinas antes de que el cruel destino se cruzase en su camino, El lado bueno de las cosas. "En todas las desgracias siempre hay una parte buena y en esta fue la reacción de la sociedad gallega", agradece Carmen Beas.

"La presencia de los vecinos de Angrois fue fundamental para nosotros. Sabíamos que ya no estábamos solos"

"La presencia de los vecinos de Angrois fue fundamental para nosotros. Sabíamos que ya no estábamos solos". Ocurrió aquella noche y se repitió un año antes. Los residentes en este barrio compostelano volvieron a estar con las víctimas, a fundirse con ellas en tiernos abrazos, a darles consuelo. En señal de agradecimiento, comparten ya una placa con los servicios de emergencias, un reconocimiento que les han querido hacer todos los perjudicados y sus familias. Anxo Puga, presidente de la asociación de vecinos, la recogió asegurando que "siempre llevaremos a las víctimas en el recuerdo".

A quienes fallecieron le dedicaron sus poemas, la música del grupo Batemento y una ofrenda floral. Una quincena de niños depositaron 82 rosas blancas al pie del cruceiro instalado en el barrio tras el accidente, cada una con el nombre un viajero que no pudo soportar los golpes del Alvia: 79 que fallecieron ese día o los siguientes, dos que murieron en meses posteriores y uno que "iba en el vientre de su madre"

Todos y cada uno de ellos estuvieron presentes durante el acto, en el que Cristóbal González, presidente de la asociación Apafas, insistió en la falta de respuestas como parte de su drama: "Aún nuestro dolor está buscando un sentido, un porqué, nuestras heridas siguen sangrando y seguirán hasta que encontremos una luz". Teresa Gómez-Limón, portavoz del otro colectivo de afectados, la Plataforma Víctimas Alvia 01455, prometió que seguirán "luchando por nuestros derechos" y por encontrar "la verdad y la justicia" tras la tragedia, convencidos de que "en esta lucha ganaremos los buenos".

82 rosas blancas recuerdan a cada uno de los que no sobrevivió a los golpes del Alvia

Teresa Gómez-Limón se había propuesto ⿿hacer un recuerdo a las víctimas y hablar solo de las buenas gentes", pero no pudo. Sintió la necesidad de recordar que este mismo jueves las víctimas no pudieron acceder al acto de entrega de las Medallas de Oro de Galicia porque ⿿nos han recibido con pistolas y con porras⿝ y les impidieron la entrada mientras que tan solo unas horas más tarde los políticos que no habían sido invitados a la misa celebrada en la Catedral en recuerdo a las víctimas acudieron de todas formas y "les recibimos en paz⿝. Ese tipo de situaciones le hace refrendarse en que ganarán en su lucha por saber qué pasó un año antes, porque "nos lo merecemos" y porque "los ciudadanos somos más que los que intentan aquilatarnos"

"Malditos sean los culpables y todos los que niegan una comisión de investigación", reclamó uno de los asistentes en medio del acto. Grito espontáneo de un acto cuya organización "ha sido difícil" por la poca colaboración institucional y porque generó discrepancias iniciales entre los afectados, pero que finalmente "un colectivo único ha conseguido organizar", según uno de sus coordinadores, Santiago Fernández.

El acto también sirvió de punto y seguido en sus vidas. Esperanza Fernández, que perdió a su padre y su cuñada en las vías y tuvo a su hermano muy grave en el hospital, pidió a todos, mientras esperaban el paso del tren de las 20.41: "Tenemos que empezar a vivir por ellos, a sonreír por ellos. Eso es lo que ellos quieren y yo quiero, que se haga Justicia". Y entonces pasó el tren, el que esperaban, "no por morbo", como explicaron desde el pequeño palco que presidió los actos, sino "por respeto", para "recordar que hace justamente un año muchos perdieron la vida y otros quedaron gravemente heridos". El Alvia de hace un año y el de este jueves quedarán en el recuerdo.