85 años después del fusilamiento de Alexandre Bóveda, el monte de A Caeira se volvió a convertir este 17 de agosto en un lugar de memoria. El monumento creado en su recuerdo volvió a ser el epicentro de las celebraciones organizadas por toda Galicia para recordar su figura y conmemorar el Día da Galiza Mártir.
En Pontevedra y Poio también se organizaron actos en el cementerio de San Amaro y en la plaza de Curros Enríquez, pero el que coincide con el punto en el fue ejecutado volvió a ser el más simbólico y, un año más, también el más reivindicativo. Al igual que en los últimos años, el aniversario terminó con una ofrenda floral y se aprovechó para reclamar la institucionalización del Día da Galiza Mártir.
La conmemoración del Día da Galiza Mártir, instaurada por los gallegos en el exilio en 1942 en Buenos Aires, tiene su acto central en A Caeira desde hace 25 años, tal y como recordó la concejala de Memoria Histórica de Poio, Marga Caldas. Como cada año desde 1996 -excepto el parón de 2020 obligado por la pandemia-, la edil nacionalista reclamó que "hoxe é día de dar voz a todas esas historias silenciadas, para por nome e apelidos aos milleiros de mortos e desaparecidos durante a represión franquista".
Amalia Bóveda, hija de Alexandre Bóveda, coincidió con esta petición de la concejala de Poio y señaló que esta simbólica fecha "vai moito máis aló da figura de Alexandre" y debe servir para recordar a todos los mártires, pues para su celebración hay "tantos motivos como mártires temos".
La hija de Bóveda recordó que este día "precisa de institucionalización" y reiteró una reclamación de reparación, verdad, justicia y no repetición. Insistió también en que "se queremos un futuro distinto, precisamos dunha memoria distinta tamén, tanto na sociedade como nas administracións, e iso tamén se simboliza" con actos como el celebrado cada 17 de agosto.
Marga Caldas, que abrió el acto, se manifestó en la misma línea e insistió en la necesidad de que el 17 de agosto sea reconocido por la Xunta de Galicia como un día de los mártires gallegos "para facer cumprir a memoria de Bóveda, pero para facer cumprir tamén a memoria de todas as mulleres e homes mártires galegos pola súa liberdade e por xustiza democrática".
"Recuperemos a memoria desde todos os ámbitos da sociedade, recuperemos a liberdade de decidir, loitemos por esa Galiza libre pola que loitaba Bóveda, honesta e independente, esa Galiza pola que Bóveda deu a súa vida" ahondó Marga Caldas, que señaló la importancia de este día "para non dar ao esquecemento, para loitar contra a impunidade, para representar a inxustiza perpetuada contra un pobo, para recuperar a memoria das mulleres e dos homes que viviron asoballados por defender aquilo no que crían".
Caldas reivindicó una "Galiza libre" porque 85 años después del levantamiento militar "seguimos presenciando como as administracións estatais e autonómicas seguen sen devolvernos o que nos foi expoliado", pero también tuvo un recuerdo especial para el reciente logro del momento memorialista, pues grazas ao movemento civil galego recuperamos o Pazo de Meirás", en alusión a las dos sentencias judiciales que devolvieron al Estado la propiedad de este Pazo que durante la Dictadura fue residencia de verano de Franco en Sada y hasta 2020 permaneció en manos de sus herederos.
En nombre de la Fundación Bóveda habló David Otero, que este 2021 se acordó especialmente de las trabajadoras y trabajadores por la memoria, algunos y algunas presentes en el acto, como la vilagarciana Montse Fajardo. Para todos ellos quiso pedir honor y reconocimiento, pues "son compañeiras e compañeiros que achegan contidos á causa da nosa memoria galega democrática" y también "loitadoras e loitadores pola verdade" que "divulgan a nosa memoria democrática que se fai antídoto contra o fascismo e antídoto contra a cultura do silencio e contra a educación do non saber, do non preguntar".
Las personas que trabajan por la memoria histórica ayudan, según Otero, a decir "non á manipulación da nosa memoria, da nosa historia" y quieren acercar a la ciudadanía al horror padecido por el terror franquista, al tiempo que "estimulan tránsitos á esperanza, teñen a firmeza en que olvidar é morrer".
David Otero también recordó la asociación de nueva creación Mocidade Galega pola Memoria, pero dedicó la mayor parte de su discurso a los trabajadores por la memoria porque "temos o dereito á verdade, a mentira vai ter freo. Hai que falar de vítimas, pero tamén de executores, de torturas tamén pero tamén de torturadores, e as leis seguen na impunidade e na humillación das vítimas, elas e eles procuran as verdades e, como decía Bertolt Brecht, quen non sabe a verdade, é como é, pero quen a sabe e lle chame mentira, é un criminal".
REPRESENTACIONES DE TODOS LOS PARTIDOS
Hasta A Caeira se desplazaron representantes de todos los partidos políticos con representación en Poio y Pontevedra, capitaneados por los alcaldes, Luciano Sobral y Miguel Anxo Fernández Lores, y también de las fundaciones Alexandre Bóveda y Castelao y de la asociación Mocidade Galega pola Memoria.
No faltaron la líder nacional del BNG, Ana Pontón, la eurodiputada nacionalista Ana Miranda, el diputado Luis Bará, y concejales de PSOE, BNG y PP de Pontevedra y Poio. La presencia más novidosa fue la del presidente local del PP de Pontevedra, Rafael Domínguez.
Mientras su homólogo de Poio, Ángel Moldes, ya acudió en otras ocasiones, Domínguez es el primero presidente local del Partido Popular de Pontevedra en acudir la este acto.
En declaraciones a los medios de comunicación antes del acto, explicó que el año pasado no acudió por "problemas de datos" y que piensa que debe acudir al acto porque "é un recoñecemento a unha persoa que foi asasinada fai 85 anos" y "o único delito que cometeu foi amar a Galiza e o que temos que facer todos os galegos que amamos a Galiza é estar aquí".