Alfageme pasa a manos de la Xunta de Galicia. El gobierno gallego pagó un total de 780.000 euros en la subasta celebrada hoy en el juzgado de lo Mercantil numero 3 de Pontevedra, con sede en Vigo. Se hará cargo tanto de las fábricas de Ribadumia y Vilaxóan como de la marca Miau. Ningún otro postor acudió a la puja, salvo una firma comercial que tan sólo estaba interesada en comprar la marca comercial.
En concreto, la Xunta ofreció 210.000 euros por la factoría de Ribadumia, 350.000 por la de Vilaxoán y 220.000 por la marca comercial. El gobierno autonómico tiene ahora 20 días, como así solicitó al juez, para ceder las instalaciones a una tercera empresa. Según avanzaron los portavoces sindicales de las 150 trabajadoras de Alfageme, esperan que fructifiquen las negociaciones con la firma cántabra El Consorcio.
Los trabajadoras de Alfageme llenaron la sala de subastas, tras ser testigos de la puja, la expectación dio paso a un sentimiento generalizado de incertidumbre.
No ocultan un cierto alivio, tras quedar la fábrica en manos de la Xunta, pero ahora esperan que este largo periplo que han pasado tenga un final feliz.
La portavoz de CIG, Rosa Abuín desea "que non haxa máis esperas e que a Xunta non poña ningunha disculpa e que adxudique Alfageme", en este sentido la sindicalista insiste en que "todos sabemos que a firma El Consorcio está interesada".
Este grupo cántabro El Consorcio se comprometería a mantener esos puestos de trabajo durante cinco años y a no vender los activos en un período mínimo de diez, además de asegurar el retorno a la Xunta del 50% de los beneficios obtenidos por la marca, hasta un máximo de tres millones de euros, en un plazo de diez años. Dado que la recuperación de la marca Miau en el mercado llevará su tiempo.
"A Xunta non ten disculpa", afirmó Abuín, "en 20 días ten que adxudicar".
Por su parte, el representante de la CGT, Miguel Ángel Cuña, consideró que la "movilización de los trabajadores" ha forzado a la Xunta a dar este paso. Y anunció que ahora exigirán que "las dos plantas sean adjudicadas a un proyecto industrial con la incorporación de la plantilla.
A la subasta acudió también Gustavo Lago, hijo de Juan Lago, propietario de Promalar la promotora urbanística que en su día adquirió Alfageme.