La organización ecologista Adega señala que ante los graves daños sociales y ambientales causados por los fuegos, urge la declaración de zona catástrófica en los lugares afectados. Consideran que de este modo se podrán disponer medidas y ayudas para compensar rápidamente las pérdidas y recuperar el pulso social y económico después de los terribles incendios que quemaron docenas de viviendas, millares de hectáreas de cultivos, pastos, instalaciones agrícolas, ganado y demás.
Adega recuerda que "no menos importante es dar también una oportunidad a la fauna salvaje, suspendiendo temporalmente la caza no sólo en las zonas quemadas sino también en su perímetro ya que la fauna tiende a refugiarse en estas áreas, así como disponer alimento de urgencia para ganado y fauna salvaje".
Especial atención precisan los espacios protegidos afectados por el fuego, en los que son urgentes medidas proactivas para recuperar la biodiversidad más sensible y amenazada e impedir, por ejemplo, la pérdida de hábitats y la colonización con especies invasoras y oportunistas.
Los impactos de los incendios no finalizan al apagarse el fuego
Los impactos de los incendios no finalizan al apagarse el fuego, recuerda Adega. Después del destrozo incendiario, las zonas quemadas corren el riesgo de perder por completo su fertilidad debido a la erosión del sustrato y a los arrastres pluviales, particularmente en las áreas en pendiente. Los daños pueden trasladarse también a otras zonas en la periferia de las áreas quemadas como ríos, rías y costas, a las que llegarán las cenizas y sedimentos movilizados desde los montes.
Envenenamiento de las aguas y traidas, muerte de los bancos marisqueros, crecidas e inundaciones pueden ser y serán otra consecuencia del fuego, especialmente si no se actúa a tiempo, concluye esta ONG.