Un año con 'estrella' de campeona del Mundo para Tere Abelleira y el fútbol pontevedrés

Pontevedra
30 de diciembre 2023

La Selección Española Absoluta Femenina de Fútbol ha sido una de las grandes protagonistas del año 2023, y con ella una pontevedresa como Tere Abelleira, pieza capital en el equipo que logró levantar el Mundial y que después tuvo que enfrentarse al desagradable caso del beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. Pasarón vibró en diciembre viendo en directo a las campeonas

Pontevedra rinde homenaje a Tere Abelleira Mónica Patxot

La Selección Española Absoluta Femenina de Fútbol ha sido una de las grandes protagonistas del año 2023, y con ella una pontevedresa como Tere Abelleira, pieza capital en el equipo que logró levantar el Mundial celebrado en Australia y Nueva Zelanda ganándose la 'estrella' en la camiseta.

La centrocampista consiguió hacerse un sitio en el once inicial de la Selección desde el inicio del campeonato, pese a venir de una temporada algo irregular, siendo una de las jugadoras más destacadas partido tras partido mientras crecía la ilusión y la expectación en todos los rincones.

Así fue hasta llegar a jugar la gran final frente Inglaterra, que se decidió con un gol de Olga Carmona y que se vivió con intensidad en la Boa Vila gracias a una pantalla gigante instalada en una Praza da Ferrería a rebosar de aficionados con camisetas del combinado nacional y pancartas de apoyo hacia su paisana. El reflejo de un imparable despegue del fútbol femenino.

Después llegarían merecidos homenajes a su vuelta a Pontevedra, aunque lejos de centrarse en un hito histórico en lo deportivo parte de la atención se desvió hacia el desagradable beso no consentido que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, le dio a la jugadora Jenni Hermoso durante la celebración del triunfo.

Fue un acto "intolerable", llegó a decir Tere tras volver a casa afirmando que "estas conductas no representan los valores que quiere transmitir el deporte, los míos propios ni los de la sociedad que queremos y debemos construir entre todas, todos y todes".

La bola de nieve siguió creciendo y terminó con la salida de Rubiales y la destitución del seleccionador Jorge Vilda, pero la polémica no terminó ahí. Las campeonas del Mundo, entre ellas Tere Abelleira, pedían cambios de calado en la Federación y rechazaban con un comunicado ser citadas en la primera convocatoria post-mundial con Montse Tomé al mando. Sin embargo eran convocadas igualmente y debían acudir para no ser sancionadas. Finalmente tras horas de negociación y una noche sin dormir se llegaba a un principio de acuerdo.

Las jugadoras iniciaban el camino de la UEFA Women's Nations League, la Liga de Naciones, en la que la recompensa era pelear por la clasificación para los Juegos Olimpicos. Lo que nadie esperaba es que ese camino, ya con las aguas más calmadas y hablando "por fin" de fútbol llevaría a la Selección Española de Fútbol hasta el Estadio Municipal de Pasarón de Pontevedra. 

La Real Federación Galega de Fútbol llegaba a un acuerdo con la Española para que las campeonas del Mundo jugasen el 1 de diciembre en la Boa Vila frente a Italia, en el mejor homenaje posible a la única gallega integrante del equipo nacional.

El encuentro se disputó con un lleno absoluto en Pasarón, aunque precedido de una polémica venta de entradas que levantó ampollas, con más de la mitad del aforo comprometido en preventa a los clubes femeninos de toda Galicia y el cartel de 'no hay billetes' colgado en apenas minutos para desesperación y enfado de muchos aficionados.

Finalmente se pudieron liberar a última hora 1.200 localidades, vendidas físicamente en la sede de la Federación Galega en una jornada de largas colas junto al estadio pontevedrés.

Toda una locura recompensada por lo vivido después en el campo, más allá del resultado con derrota por 2-3, con una Tere Abelleira convertida en espejo de miles de niñas pontevedresas y gallegas y que celebraba poder decir "que jugué en el estadio de mi ciudad".